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¿Y ahora qué?

AS COLOR | PÁGINAS SALMÓN

¿Y ahora qué?

Un análisis de los problemas y los desafíos económicos a los que se enfrenta el FC Barcelona

Que el Barça está ante una situación delicada a nivel financiero, no es ninguna noticia, pero ¿cuáles son los motivos? En primer lugar, es preciso recordar que el conjunto catalán acaba de vivir la mejor época de su historia en el plano deportivo. Los éxitos de los blaugranas sirvieron para aumentar los ingresos, pero también los gastos.

Es de sobra conocido que la masa salarial deportiva del Barcelona es la más alta de LaLiga, y lo que es peor, es de las mayores en relación con sus ingresos. Comprometer tanto gasto fijo de manera anticipada hace que el margen de maniobra se reduzca. Es por ello que la directiva blaugrana se ha encontrado con serias dificultades para acometer los recortes salariales. De hecho, aunque durante el curso pasado se consiguió aplicar la rebaja, esta no fue sustancial.

Los salarios deportivos del club catalán ascendieron a 671 millones de euros en el curso 2018-19 y solo se redujeron un 5% en la temporada 2019-20, hasta los 636 millones. El recorte salarial fue insuficiente en comparación con la caída interanual del 15% de los ingresos de explotación.

El COVID también tiene mucho que ver. El Barça siempre está entre los clubes con más facturación, y por ello, sus ingresos están más diversificados. El cierre de los estadios le ha hecho perder 70 millones en el curso 2019-20. Eso, a pesar de que los estadios se clausuraron a partir de marzo, por lo que se espera que esta temporada las pérdidas sean aún mayores.

La caída de los ingresos ha sido generalizada en la campaña 2019-20. El FC Barcelona recibió un 16% menos por derechos de retransmisión y un 9% menos por merchandising que la temporada anterior. Una bajada que no se ha visto contrarrestada en el plano del gasto, el cual ha superado con creces a los ingresos. De ahí el déficit de 97,34 millones y el aumento de la deuda neta del 124,9%, de 217 a 488 millones de euros.

Los fondos propios se han reducido en 97 millones de euros, cifra que coincide con las pérdidas durante el ejercicio 2019-20. El patrimonio neto, de tan solo 32 millones de euros a fecha del 30 de junio de 2020, es otra señal inevitable de que el club casi ha consumido todas sus reservas. Esto acota aún más el margen de maniobra de los culés.

Por otro lado, la deuda a corto plazo alcanza los 731 millones, un dato preocupante con el que se ha llegado a poner en duda la viabilidad económica del FC Barcelona. Pero es un problema que se puede resolver. La solución más factible es renegociar con los acreedores y posponer el pago de la deuda a corto plazo.

Existen además alternativas como la emisión de bonos o, llegado el caso, la conversión en sociedad anónima. Aunque esta última opción es muy impopular y ninguno de los tres candidatos a la presidencia se atreven a apoyarla porque supondría una pérdida total del poder del soci culé.

Una cuestión de confianza

El FC Barcelona fue el líder mundial por ingresos el curso pasado, tal y como señala 'Deloitte Football Money League' en su último informe. Una señal de que el club blaugrana sigue siendo un referente para el mercado.

La confianza de los acreedores es clave para que el club blaugrana subsane sus problemas financieros. Reducir la deuda es una utopía para esta temporada, en la que volverá a haber déficit. Los culés tendrán que centrar su estrategia en reducir los gastos y ganar tiempo con las empresas con las que ha contraído deudas.

Algunos acreedores del Barcelona ya han perdido la paciencia, y han recurrido al factoring de sus deudas. En concreto, siete clubes de fútbol a los que el Barça debía dinero han decidido ceder su derecho de cobro a entidades financieras. El año anterior solo un club había escogido esta opción. Una señal de la desconfianza creciente sobre la solvencia blaugrana. Por ello, resulta prioritario renegociar la deuda con los acreedores y cimentar el futuro a medio y largo plazo.

Nuevas vías de negocio y de crecimiento

La economía del FC Barcelona volverá a crecer después de la pandemia, y se podrán compensar los malos resultados de los ejercicios 2019-20 y 2020-21. Además, las vías de negocio son cada vez más amplias. La creación de la Superliga Europea dispararía la facturación del Barcelona. Y aunque no se materialice, los nuevos formatos que proponen UEFA y FIFA también aportarían más ingresos.

Además de la participación en torneos futuros, el comercio de datos es otro de los sectores donde el club catalán espera crecer. Así lo explicaba en una reciente entrevista a 2PlayBook, Dídac Lee, exdirectivo del Barça: “El futuro de cualquier property deportiva pasa por ser empresa de medios y datos”. Ahora le reporta unos 100 millones de euros anuales, y esperan que en el medio plazo se llegue hasta los 300 millones.

Las nuevas vías de ingreso junto a la apertura de los estadios harán que el Barcelona salga del trance económico. Pero antes de eso, debe resolver su problema con el gasto y, para ello, la venta de jugadores resulta inevitable. Son los activos más fáciles de vender y permitirán aligerar la masa salarial. Es evidente que Leo Messi puede estar entre los damnificados de esta política de recortes. Solo con el ahorro del salario del argentino se podría pagar a todos los empleados no deportivos del club, y sobraría.

Además, se debería replantear el proyecto del EspaiBarça. El empeoramiento de la deuda ha sido en parte causado por inversiones ya efectuadas en este plan, como se puede leer en el informe contable, que cifra en 109 millones de euros la deuda pendiente por ese motivo. Engordar aún más el pasivo está fuera de toda recomendación. Por ello, no es descabellado que se reformule su financiación o, incluso, se posponga su puesta en marcha.

En definitiva, el FC Barcelona se enfrenta a un reto mayúsculo en lo económico. El futuro gestor del Barcelona deberá actuar con la precisión de un cirujano y aplicar recortes sin condicionar el crecimiento del club.

 
 
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