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Los viejos dioses contra los nuevos dioses

AMERICAN HORROR SPORTY

Los viejos dioses contra los nuevos dioses

La semana pasada estrenaron la tercera temporada de American Gods, la espectacular serie basada en la novela homónima de Neil Gaiman que narra la guerra entre los dioses antiguos y los dioses nuevos. Y como si de un homenaje se tratase, las Finales de Conferencia de la NFL nos han deparado -en la posición más importante de este deporte, la de quarterback- sendos enfrentamientos entre viejos dioses por un lado y nuevos dioses por otro, que desembocarán en la Super Bowl en un enfrentamiento entre el representante triunfador de cada bando.

Así, en la “antigua” NFC se enfrentarán dos viejas glorias pero cuyo esplendor aún dista de apagarse. Por un lado, y jugando en casa, el principal candidato ahora mismo a MVP de la temporada y uno de los mejores quarterbacks en jugar a esto. Me refiero a Aaron Rodgers, de 37 años, procedente de Chico, California y campeón con sus Packers en la Super Bowl XLV en la que derrotaron a los Pittsburgh Steelers. De conseguir el MVP este año sería su tercero, pues ya le otorgaron dicho galardón en 2011 y 2014. Y si Rodgers es uno de los mejores QBs de la historia, su rival es, más que probablemente, el mejor. Me refiero ni más ni menos que al 6 veces campeón (récord absoluto) y 3 veces MVP Tom Brady, también nacido en California (San Mateo) hace 43 años pero aún con gasolina en el depósito para luchar por el séptimo anillo y acabar, de una vez por todas, con la sospecha de si sus triunfos en los Patriots fueron más mérito suyo o de su legendario exentrenador Bill Belichick.

Ambos pasadores comparten, además del ser dos históricos de la NFL y dos de los mejores jugadores que han pasado por dicha competición, un dato que no deja de resultar curioso: ambos fueron ninguneados en el draft. En el caso de Rodgers, el jugador esperaba ser elegido en primera posición por el equipo de sus amores, al que creció amando y admirando: los San Francisco 49ers. Sin embargo, el equipo minero optó por Alex Smith, y el quarterback californiano fue bajando y bajando de posición hasta que fue drafteado en el puesto 24 por los Green Bay Packers, que vieron en él el sustituto de otro mariscal de campo histórico que había devuelto el lustre a la histórica franquicia, el gran Brett Favre.

La historia de Brady es más sangrante aún, ya que el jugador no saldría elegido hasta la sexta ronda, con el puesto 199 global. También empezaría de suplente de otro gran quarterback, en su caso de Drew Bledsoe, al que sustituyó tras una lesión en su segundo año de carrera. Ya no abandonaría nunca la titularidad.

En este punto creo que habría que citar también a otro “dios antiguo” que se quedó a las puertas de disputar la final de esta conferencia. Me refiero, por supuesto, a Drew Brees, de 42 años, que quedó eliminado el pasado domingo por los Buccaneers de Brady en lo que probablemente supusiera su último partido como profesional. Brees y Brady se han estado arrebatando el uno al otro el récord de touchdowns durante toda la temporada. Valgan estas líneas como pequeño homenaje a otro de los grandes pasadores de todos los tiempos.

Y saltemos a la otra conferencia, la nueva. La que desciende de la American Football League. Es precisamente el logo de la AFL el que lucen orgullosos en sus uniformes sus primeros campeones, que ahora reinan en la unificada NFL: los Kansas City Chiefs, que ejercerán de locales en el partido, comandados por el chico maravilla, Patrick Mahomes. Nacido hace 25 años en Tyler, Texas, en tan sólo cuatro temporadas como profesional ya ha puesto la liga a sus pies. MVP en 2018 y campeón la temporada pasada (remontada incluída a los 49ers que de niño idolatró Rodgers), va destrozando récord tras récord de precocidad en su meteórico ascenso al Olimpo de la liga. Selccionado el número 10 del draft por los Chiefs, también pasó su primera temporada como suplente, al igual que Aaron Rodgers y Tom Brady. Suplente, precisamente, del quarterback al que los 49ers eligieron en lugar de Rodgers, Alex Smith. Las vueltas que da la vida.

Mahomes sufrió un amago de contusión y una pequeña lesión en el dedo gordo del pie en el partido de la ronda divisional ante los Browns de otro joven, Baker Mayfield, pero ya se confirmado que podrá disputar la final de conferencia.

Y enfrente tendrá al cuarto y último de nuestros protagonistas: Josh Allen, de 24 años y también oriundo de California (Firebaugh). Un jugador que despertaba muchas dudas cuando fue elegido con el pick 7 del draft de 2018, pero cuya progresión le ha llevado de promesa por pulir a realidad capaz de obrar el milagro de devolver a los Buffalo Bills a la final de su conferencia por primera vez desde 1993, desde los míticos tiempos de Jim Kelly en los que los Bills dominaron la AFC clasificándose cuatro veces seguidas para la Super Bowl, pero no siendo capaces de triunfar en ninguna de las cuatro. Así pues, el reto del joven ídolo de la Bills Mafia (como se conoce a los seguidores del equipo neoyorkino) es claro: lograr el primer trofeo Vince Lombardi para los bufalianos.

Como ya he dicho al inicio del texto, cualquiera que sea el desenlace de ambos partidos nos deparará un apasionante duelo generacional en la XL Super Bowl, que se disputará en la ciudad de Tampa, Florida en la madrugada del domingo 7 al lunes 8 de febrero. El vencedor de entre los viejos dioses se enfrentará al vencedor de los nuevos en una batalla digna de las grandes epopeyas griegas. Eso sí, con armisticio al descanso para bailar ‘Blinding Lights’ con The Weeknd.

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