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Zamorano dinamitó al Barcelona

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Zamorano dinamitó al Barcelona

El recuerdo de la carrera de Iván Zamorano va ligada a sus grandes temporadas en el fútbol español, tanto en el Sevilla, como sobre todo en el Real Madrid y la selección de Chile.

Ejemplo de definidor y goleador absoluto, Zamorano es uno de los grandes futbolistas chilenos de la historia. Aún perdura en la memoria su increíble salto y sus espectaculares y acrobáticos remates de cabeza. Fue elegido como el tercer mejor cabeceador de la historia, en una encuesta realizada por FIFA, siendo superado tan sólo por Palermo y Klose.

Apodo Bam-Bam

Al chileno le gustaban 'Los Picapiedra' y el locutor Juan Espinoza aprovechó para apodarle de la misma manera que al hijo de la familia de dibujos animados.

Origen de su apodo. Zamorano fue apodado como 'Bam-Bam' al poco de iniciar su carrera. Al chileno le gustaban 'Los Picapiedra' y el locutor Juan Espinoza aprovechó para apodarle de la misma manera que al hijo de la familia de dibujos animados. El hecho de que su nombre fuera Iván y rimara con su apodo fue clave. Desde ese momento el sobrenombre le acompañará a lo largo de toda su carrera. Incluso una vez retirado, se le sigue conociendo así.

El 'error' del Bolonia. Desde sus primeros años, Zamorano fue un portento de cara a puerta. Las primeras temporadas las disputó en su país natal, antes de dar el salto a Europa. En 1988, tras una campaña en el Cobreadino en la que sale casi a un gol por partido, llega a Europa. La curiosidad es que Iván ficha por el Bolonia a cambio de 320.000 euros, pero jamás jugará allí. Los italianos le cedieron al St. Gallen de Suiza al haber cumplido el cupo máximo de extracomunitarios. "Había cuatro extranjeros, y al ser el más joven fui el sacrificado", comentó en la revista del Real Madrid años después. Uno de los mayores errores históricos del club de Emilia-Romaña, que pronto se daría cuenta de su equivocación, aunque demasiado tarde. El equipo de la Serie A se decantó por otro futbolista chileno, Hugo Rubio. Sin embargo, un año después (cosas del destino), el 'Pajaro' (apodo de su compatriota), comenzó la temporada con problemas físicos y fue cedido al St. Gallen. Allí, junto a Zamorano, ambos se 'hincharán' a marcar goles. En dos años, Iván anotará 47 en 61 partidos. La revista Güerin le apodó entonces como "Iván il Temmible". Zamorano empezaba a gustarse.

Una petición de Cantatore. En 1990 el Sevilla y concretamente Vicente Cantatore, pone sus ojos en Zamorano. El entrenador chileno hace todo lo posible por contratarle para el equipo andaluz, que termina pagando 2,2 millones de euros por el delantero. Años después, Iván confirmará las buenas relaciones entre ambos: "Con Vicente Cantatore, al fin del mundo". En el Sevilla, Zamorano vive una etapa de altibajos debido a las lesiones y sus números goleadores decaen. Sin embargo termina con buenas cifras, 23 tantos en 65 partidos. Tras su segunda temporada en el Sevilla, despierta la curiosidad de otro entrenador. En este caso, la de Benito Floro...

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Flamante fichaje del Real Madrid. "A la afición del Madrid le pido apoyo al equipo, tanto en los momentos buenos como en los malos, que es cuando más se necesita. Y, sobre todo, que tenga fe y confianza en que este equipo se va a entregar al máximo para devolverle todos los logros y satisfacciones que han vivido en años anteriores", comentó Zamorano al poco de llegar al Real Madrid en la revista del club. El Sevilla y el club blanco acordaron el traspaso por algo más de 5,5 millones de euros (récord de la época). El Real Madrid buscaba urgentemente al sustituto de Hugo Sánchez. "No voy al Real Madrid como sustituto de nadie. Yo soy Iván Zamorano", dijo el delantero tras su fichaje. El chileno llegaba a un equipo que necesitaba recuperar su mejor versión y cuyo objetivo era volver a ganar una Liga tras varias temporadas de hegemonía del Barça. El Real Madrid será el equipo en el que Zamorano explote todas sus cualidades de cara a portería, anotando 101 goles en cuatro temporadas, que le sitúan como uno de los grandes de la historia de los merengues.

Partidos para el recuerdo en la Casa Blanca. Zamorano fue letal en el Real Madrid, con muchos partidos para el recuerdo. Sin embargo en la retina de los aficionados blancos hay dos señalados con letras de oro y ambos en la temporada 1994-95. El Real Madrid llevaba varios años de sequía en Liga y la obligación de alzarse campeón se le puso entre ceja y ceja a toda la plantilla blanca. Zamorano tuvo un papel fundamental en dicha campaña, con 28 goles que le valieron para alzarse con el trofeo de máximo goleador. De esos 28 hubo cuatro claves. El 7 de enero de 1995, en el Clásico del Bernabéu, el Real Madrid le devolvió la manita que los blaugranas le endosaron un año antes. Zamorano hizo tres goles. Meses después, 'Bam-Bam' anotó el tanto decisivo que dio al Real Madrid su Liga número 26, en un partido con el Deportivo. Amavisca se apuntó la asistencia con un espectacular centro al área que el chileno amortiguó con el pecho, para posteriormente anotar con un fuerte zapatazo.

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El Inter y su lucha por ser titular. Zamorano deja el Real Madrid tras finalizar la temporada 1995-96 y firma por el Inter. Su etapa en el conjunto italiano se define como la de una lucha constante por hacerse con un puesto en el once. "Terminé en el Madrid como figura y era una figura dentro del fútbol europeo. Y me voy a jugar a Italia, al Inter. Llego también como figura y dentro de mí pienso que el 9 lo tengo para mí, guardado. El Inter compra a Ronaldo y pensé: 'Extraordinario, juego con el mejor futbolista del mundo a mi lado', declaró Zamorano en una conferencia de prensa de Icare en 2006. La situación fue otra. En 1999 llega Vieri el equipo, lo que añade más competencia a la delantera: "Imaginaba que mi puesto estaba asegurado...pero en el banquillo. Toda Europa hablaba de esa dupla pero descubrí algo: ni Ronaldo ni Vieri se sacrificaban por el otro. Yo sabía desde pequeño que los equipos no se hacen sólo con estrellas. Faltaba un jugador de sacrificio, alguien que corriera más que los demás". Finalmente, Zamorano fue alternando la titularidad con ambos jugadores, sin haber uno por encima del otro: "Estudié a la competencia, analicé sus debilidades y fortalezas para buscar por donde entrar. Convencí al entrenador. Y al final, durante esos cinco años, Ronaldo y Vieri se alternaron conmigo. Es un liderazgo que me fui ganando en la cancha". En el Inter Zamorano disputa 148 partidos, en los que anota 40 goles. Además en 1998 consigue la UEFA (su primer y único título europeo), anotando un gol en la final.

La anécdota del 1+8 de su camiseta. Tras llegar al Inter, Zamorano mantiene el dorsal que le ha ido acompañanado durante toda su carrera: el 9. Sin embargo tras la contratación de Ronaldo por el conjunto milanista, dos jugadores 'competían' por dicho número. La primera temporada con ambos a bordo se saldó con el chileno portando el 9 y el brasileño, el 10. Nike, patrocinador del equipo italiano y de Ronaldo, instó para que cambiara y de esta manera el brasileño recuperara el 9 por motivos comerciales. Fue entonces cuando al chileno se le ocurrió una genialidad. "El director deportivo, Sandro Mazzola, me dijo que cogiera un número que llevase el nueve. Yo le dije que si podía añadir el signo más y me dijo que no. Hablé con el presidente, Massimo Moratti, que preguntó a la Federación italiana. Así que jugué con el 18, es decir, con el 1+8, y no perdí el número nueve", comentó en The Guardian el pasado año.

La dupla Sa-Za. Zamorano y Salas formaron en Chile una de las mejores sociedades futbolísticas de la historia. Los 'Sa-Za' como se les denominaron. A pesar de que Iván es ocho años mayor que Marcelo, ambos coincidieron en la selección durante ocho años. Su 'momento' llegó durante la clasificación al Mundial de Francia 1998. Ambos jugadores se entendían y se complementaban a la perfección y con 23 goles, llevaron a 'La Roja' a un Mundial 16 años después. Zamorano anotó 12 tantos, la cifra más alta hasta el momento en una Clasificación de la CONMEBOL. Iván además disputó los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, llevándose la medalla de bronce; y donde anotó seis goles en cinco partidos, siendo el máximo goleador. Disputó un Mundial (el anteriormente nombrado), donde Chile cayó en cuartos contra Brasil; y cuatro Copas América, logrando un segundo y un tercer puesto como mejores resultados.

Sus últimos años en el fútbol. En el año 2001 nos encontramos con un Zamorano en sus últimos años de su carrera. Tras salir del Inter, a los 34 años, firma por el América de México. Aunque la exigencia es algo inferior que en Europa, 'Bam-Bam' sigue haciendo goles con facilidad. En el país Azteca estará entre 2001 y 2002, disputando un total de 78 partidos en los que anotó 38 goles. En 2003 vuelve a Chile, para acabar su carrera en el Colo-Colo. En once partidos marcó cuatro goles. "Jugué en los equipos que nunca me imaginé jugar. En el Inter, en Colo Colo que era el sueño de mi padre antes de morir. No me quedó nada pendiente, pero cuando voy a Argentina, que voy mucho, me encanta cuando el hincha de Boca, de River y de Independiente me paran en la calle y me dicen 'te faltó jugar en Boca, hubieras sido ídolo al primer partido por cómo jugaban', el de al lado de River le dice que 'tendría que haber jugado en River, con el Matador Salas hubieran marcado la dupla Za-Sa en River, hubiera sido extraordinario' y sale el de Independiente y me dice que 'eres simpatizante de Independiente, te hubieras puesto la roja'", comentó Iván, hace un mes, en un directo con de Instagram con el exjugador Sorín.

Sueño cumplido

"El gol más importante de mi vida fue dedicarme al fútbol. Al mirar hacia atrás veo que hice las cosas bien, me esforcé y me puse desafíos muy claros que cumplí".

El esfuerzo tiene su recompensa. "El gol más importante de mi vida fue dedicarme al fútbol. Al mirar hacia atrás veo que hice las cosas bien, me esforcé y me puse desafíos muy claros que cumplí. El fútbol tiene cosas maravillosas y, como goleador y delantero, saber que la esencia es el gol, que el gol es un compañero inseparable", comentó Zamorano en FIFA.com. Zamorano devolvió la grandeza al Real Madrid, en un periodo de reinado del Barça, luchó contra Ronaldo y Vieri por un puesto en el Inter, llenó de ilusión a los chilenos con una Selección de ensueño y sobre todo anotó goles de todos los colores (348 concretamente): "Hice muchos goles importantes en mi carrera. El que le dio el título al Real Madrid en 1995, el que dio la Copa UEFA al Inter de Milán, los de la selección. Son muchos y todos muy significativos". La carrera de Zamorano, por tanto, se resume en la frase: 'Todo esfuerzo tiene su recompensa'.

 

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