El fútbol es tan importante porque funciona como refugio a nuestros problemas. Pero en este, mayor, el fútbol se ha quedado sin sentido. Los aficionados no podemos ni buscarnos un deporte alternativo que nos ayude a escapar, porque el virus ha podido con todos: baloncesto, tenis, Fórmula 1... Por suerte, aún nos quedan varias cosas: los reproches, las exparejas, la familia y aprender nuevos idiomas. Inventados, a poder ser.