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HIDROSPEED

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Hidrospeed, emociones a favor de corriente

La primavera es una época del año muy propicia para la práctica de determinados deportes fluviales, especialmente los que tienen lugar en ríos de aguas bravas. Las abundantes
lluvias propias de esta época del año, y el deshielo de la nieve acumulada en las montañas durante el frío invierno, aumentan notablemente el cauce de los ríos en su curso alto, convirtiéndose en el escenario ideal para los amantes de la aventura y para la práctica de disciplinas tan extremas como el kayak, el rafting o el hidrospeed, también conocido como riverboarding.

Este último es un deporte relativamente nuevo. Apenas cuenta con unos veinte años de vida, aunque su llegada a España fue algo más tardía que en otros países considerados pioneros en esta especialidad, como Francia, Austria, Suiza; y fuera de Europa: Canadá, Estados Unidos y Australia, principalmente. Cuentan quienes lo practican que el hidrospeed es uno de los deportes acuáticos individuales más espectaculares y emocionantes que existen. Más aún, incluso, que el kayak, por lo que resulta ideal para los aventureros más intrépidos. Su traducción al español, velocidad en el agua, lo dice todo.

HIDROSPEED
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El hidrospeed es una disciplina similar al rafting. Se diferencia de éste en que en lugar de utilizar una embarcación con varios tripulantes a bordo, se emplea un trineo acuático individual, diseñado para flotar, sobre el que se apoya el piloto tumbado y con el cuerpo en continuo roce con el agua. De esta forma, el contacto con los rápidos, las corrientes y los obstáculos de los ríos es más directo, con lo que la emoción, las fuertes sensaciones y la descarga de adrenalina están garantizadas incluso para los más exigentes. El hidrospeed tiene un mayor grado de riesgo y dificultad que el rafting. Es, por lo tanto, imprescindible saber nadar, tener una buena forma física y realizar incursiones de dificultad progresiva, que permitan evaluar la capacidad de cada uno, conocer el río, y capaciten para enfrentarse a cada situación como se debe. La par te exterior de las cur vas lleva más corriente y debe evitarse, por lo que hay que anticipar cada movimiento. Cuanto más estrecho sea el río, más fuerte será la corriente en ese lugar. Siempre que sea necesario se debe parar a descansar, eligiendo para ello los lugares apropiados, detrás de un obstáculo que frene la fuerza del agua, o en la zona interior de una curva.

Origen

El hidrospeed tuvo su origen en Francia a principios de la década de los ochenta. Su nacimiento se debe a un grupo de aventureros que realizaban peligrosos descensos por los canales de deshielo de los glaciares alpinos. Las corrientes, contracorrientes, remolinos, olas, rápidos, saltos, etc. son un continuo desafío para los más osados aventureros. Pericia, fuerza, resistencia y una depurada técnica son cualidades necesarias para afrontar con éxito peligrosos descensos. Además, claro está, de una imprescindible ración de calma y sangre fría. Para su práctica se requiere un equipamiento imprescindible.

En primer lugar, y por obvio que parezca, el hidrotrineo. Está fabricado en poliuretano y mide un metro de largo por 60 centímetros de ancho. Su forma hidrodinámica permite reducir la resistencia del agua a su paso por los rápidos. La parte delantera, ligeramente levantada y curva, tiene unas asas metálicas para las manos y un canal hacia la parte trasera, para los apoyar brazos. El pecho del piloto descansa sobre una par te algo elevada y acolchada. El trineo no solo resulta esencial para el desplazamiento
por el agua, sino que también protege el cuerpo durante el descenso en muchos de los obstáculos del río.

Además, son necesarios otros elementos como un traje de neopreno, con refuerzos especiales en las rodillas y espinillas, para protegerse de las gélidas aguas; unos guantes isotérmicos, con el fin de mantener las manos calientes pero sin perder la sensibilidad en los dedos; unos escarpines que resguarden los pies del frío y de las piedras que se acumulan en el lecho del río; unas aletas, que permiten maniobrar en el agua y controlar la dirección y la velocidad; un chaleco salvavidas, para flotar en caso de caída y para amortiguar posibles golpes; y un casco que nos proteja la cabeza en caso de impacto.

Empresas especializadas

En España hay numerosas empresas de aventura que se encargan de organizar esta original y espectacular actividad. El precio varía según el número de participantes. Se puede hacer en grupos pequeños, de 1 a 5 personas, o en grupos de hasta 15 miembros. Los principales escenarios para la práctica de este deporte son los ríos pirenaicos y los de la Cornisa Cantábrica.

El Pirineo Oscense y Catalán reúne un gran número de ríos y zonas fluviales cuyas características les convierten en escenarios idóneos para el hidrospeed. El río Gállego, en la zona de los Mallos de Riglos; la presa del pantano de La Peña; el río Cinca, en la comarca del Sobrarbe, entre Laspuña y Ainsa; el río Ara, entre Torla y Broto (todos ellos en la provincia de Huesca) y el Noguera Pallaresa (en Lleida) son algunos de los mejores lugares para practicar hidrospeed en España. Además, el alto Ebro en Cantabria y el río Miño en Galicia son también enclaves privilegiados donde dar rienda suelta a la aventura.

El primer Campeonato del Mundo tuvo lugar en 2012 en el Río Citarum, en Indonesia. En aquella edición se dieron cita 50 competidores de un total de 10 países.

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