El Atleti ganó un partido imposible, en el que a Messi solo le pudo parar el VAR. El fútbol es así de maldito, así de bonito. Simeone reconoció que los suyos vencieron porque le perdieron el temor al partido. La derrota era tan clara que Morata y Correa, geniales cuando hay que pensar poco, decidieron que iban a ganar. El argentino, con sus tatuajes dentro de sus tatuajes, fue vital.