El estadounidense, de raíces mexicanas, tiene 4,4 millones de seguidores en Instagram. En cuadrilátero está invicto en 19 peleas y apadrinado por Golden Boy.
La ‘Generación Z’ (jóvenes nacidos a partir de 1996) va haciéndose hueco en la primera línea del boxeo mundial. Todavía quedan unos años para la eclosión de muchas promesas nacidas al final del pasado siglo y al inicio de este, pero algunos ya despuntan. Devin Haney (21 años y campeón mundial WBC del ligero) o Teófimo López (22 años y campeón mundial IBF del peso ligero) ya no pueden ser considerados promesas, han logrado alzar un Mundial. En esa misma línea de futura estrella encontramos en la misma división a Ryan García. El estadounidense, de raíces mexicanas y 21 años, es el futuro por boxeo, pero tiene algo a la que todavía los otros dos púgiles mencionados no han logrado: un fuerte apoyo social.
Fuera de lo pugilístico, Ryan García es un influencer. Se mueve como pez en el agua en las redes sociales y eso ha hecho que su promotora, Golden Boy, no lo haya dejado escapar. El año 2019 ha sido el de su consagración dentro de su equipo. Saúl ‘Canelo’ Álvarez es el hombre fuerte, y no hay discusión, pero el joven californiano ya es el número dos. Ha renovado al alza y es que sus 4,4 millones de seguidores en Instagram garantizan que todos sus pasos en el boxeo tengan repercusión.
Dentro del ring, García también ha vivido un año importante. Solo ha boxeado dos veces, pero ha estrenado esquina. Lo que la familia Reynoso (mismos entrenadores que los de Canelo) le han querido aportar lo ha ido asimilando poco a poco. García destaca por su velocidad de golpeo, anticipación y, sobre todo, por la pegada. De 19 combates como profesional ha derrotado antes del límite a 16 oponentes. Destaca su inteligencia en el cuadrilátero y manejo de la distancia. Empezó su carrera en el superpluma y en su último pleito, en noviembre, compitió en el ligero. Se exprimía mucho. Ha decidido subir, pero no ha perdido nada. Ganó dos cinturones intermedios, pero sobre todo mandó un mensaje.
Estaba previsto que pelease antes, pero su rival fue detenido horas antes del pesaje y no compitió. Le ofrecieron varios nombres, entre ellos el filipino Romero Duno. Una pelea muy complicada, que aceptó, pero en una nueva fecha. Cuando se preparó solo para ese combate, el púgil de Cotabato City no aguantó ni un asalto. Si esperas a García, como hizo Duno, estás perdido, ya que con la envergadura que tiene te golpea desde muy lejos y siempre hace daño. Boxísticamente su calidad es innegable. Ha tenido una carrera cuidada y ha ido superando peldaños con maestría. Su mente tiene que estar en un título mundial en 2020. Es uno de los púgiles que deben seguirse. Por el deporte y por el apoyo social tiene todo para triunfar y ser uno de los referentes del noble arte durante años. 2020 debe ser el año del despegue definitivo Ryan García.