Benzema sigue fiel a su estilo. Cuando todos esperan sus goles, no los va a meter. Así le ocurrió este sábado en Mendizorroza, un territorio inexpugnable, sin preparar para las delicadezas de Karim. El francés firmó su partido más flojo desde hace mucho tiempo, pero al equipo le dio para ganar. Es una alegría que el jugador franquicia y sus compañeros se empiecen a compenetrar.