
El Madrid eligió un buen destino para jugársela. Lo más importante siempre ocurre en los límites, y Estambul se mueve con fulgor entre dos continentes. Salir de Europa o quedarse. El escenario imponía, como para guardarse más encerrados que zarzamoras. Con toda esa gente mirando desde el infierno.
LLARA
A Zidane ya le cuestionan. Prensa, directiva y afición. Pero los jugadores, no. Todos le mirarían a la cara para ver lo que les ha pasado juntos, para volverlo a hacer. El Madrid muchas veces sufre el mismo problema.
LLARA
Lo bueno de jugar finales es que el Madrid las suele ganar. A los de blanco hay dolores que les hacen mejores, como el que provocan los nervios. Casemiro sacó los rastrillos, Ramos dispuso, Kroos brilló y Courtois lució vencedor. El equipo rindió bien, pero demostró estar más hecho para los precipicios que para el gol.
APIMENTEL
Un técnico kamikaze o un entrenador valiente. Es una duda tramposa, porque solo la resuelven los resultados. Zidane salió en Estambul con Valverde y Rodrygo: Dos adolescentes en un problema adulto. Aunque Fede no lo aparenta; tiene unas piernas tan largas que siempre parece el mayor. Rodrygo coincide en su vicio y virtud; es demasiado fino. En un equipo inestable, son dos certezas a las que agarrarse.
APIMENTEL
A Mbappé ya me lo imagino más en las carpetas del madridismo que en la realidad. Posando con una camiseta blanca de Abanderado y poniéndole ojitos a la afición. A Mbappé los madridistas ya le sienten como suyo. Un líder teenager al que chillar y al que poder echar el balón cuando todo quema. El francés es tan necesario y tan nuestro que a lo mejor cuando venga ya no nos hará tanta ilusión.
APIMENTEL
Si hay temblores en el presente se mira al futuro. Al Madrid le esperan varios nombres que empiezan a consagrarse. Achraf, por las oportunidades agotadas de Odriozola. Reguilón, cada día con mejor físico y más carisma. Odegaard, la sensación de la Liga. Todos ellos protagonizarán regresos bonitos, pero puede que inefectivos. Sin Mbappé seguirá faltando el gol. Y el Madrid lo que más necesita es marcarlos.
LLARA
El Madrid de esta temporada sigue una constante: no repite once. Zidane quiere mantener a todos sus pupilos activos, pero les tiene confundidos. Los más jóvenes viven las rotaciones como cambios de clase. Y cambiar de clase en el colegio es como cambiar de continente. El técnico francés ha de saber que para calmar las dudas necesita estabilidad.
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