La opinión sobre las siete noticias de portada en la semana de AS.
El gol es tan importante que Jovic fichó por solo demostrarlo un año. Le trajeron desde Alemania, allá donde hasta los redactores de periódico tienen ideas. Un delantero inteligente y serbio, con lo que eso conlleva. Aunque cuenta con un peligro: es un jugador de futuro, ahora que el presente apremia.
A esto le dedicaría una lágrima. El Madrid planea las ventas de Bale, James y Ceballos, y plantea una posible fuga de Isco o Asensio. Futbolistas de una calidad excepcional y un rendimiento irregular, el impuesto de los genios. En favor de Florentino diré una cosa: sus traspasos dañarían mucho más al madridismo que al Madrid.
Lo difícil siempre fue dejar. Por eso los equipos de la Liga y el mundo centran sus ventas en agosto. Así ayudan a responder la pregunta que todo el mundo se hace sobre este mes: qué pasa en el mundo cuando no pasa nada. Coutinho, Correa y James serán los protagonistas.
Para los incultos el ciclismo es una píldora para la siesta, mientras que para los más reposados es una pasión. Un deporte darwiniano, en el que para ganar el Tour necesitas un equipo con trato de hermanos. En la presente edición los de Movistar lo entendieron a medias, porque Nairo Quintana y Mikel Landa actuaron como Caín y Abel.
El capricho de Zidane se llama Pogba, es un hecho palmario. Y su fichaje está en barbecho. Si comparamos el mercado del Madrid con el del Atleti extraemos algo: lo nuevo ilusiona por ser nuevo, no por ser mejor. Y el once del Madrid solo se podía mejorar con dos nombres en esta ventana de fichajes: Pogba y Mbappé.
Tras el primer partido de pretemporada del Madrid muchos volvieron a pensar que nunca ocurre nada bueno después de las dos de la madrugada. Pero sí hubo detalles positivos. Marcelo e Isco están finísimos y Rodrygo promete ser una temprana realidad. Tiene toda la finura que le falta a Vinícius y eso se traduce en gol. La pena es que no exista una fusión de los dos. El físico escurridizo de Vinícius y el diamante de Rodrygo.
Bale se va del Madrid como un futbolista despoetizado. Da pena porque es un tipo decisivo, que además de serlo lo ha demostrado. Y porque su perfil se necesita en la plantilla. Un jugador que amenace y tenga gol. De la pena jamás se debería llegar a la duda, cuando Zidane es el que toma la decisión.