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Un Civilization en el universo Warhammer 40.000

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Un Civilization en el universo Warhammer 40.000

Warhammer 40,000: Gladius - Relics of War es un juego por turnos que sigue las canónes clásicos de los 4x: explora, expande, explota recursos y extermina, pero con un claro predominio del combate.

Desde que Sid Meier allá por 1991 creará el legendario Civilization no han sido pocos los clones que han ido surgiendo copiando sus mecánicas. Gladius: Relics of War es uno de esos herederos que ha sabido tomar lo mejor de aquel juego pero que ha conseguido desarrollar una personalidad propia. Y eso se debe fundamentalmente a que todo está inclinado hacia el combate, obviando aspectos como la diplomacia o los logros culturales.

La historia discurre en el planeta Gladius, en el que se hayan presentes cuatro facciones del universo Warhammer: Marines Espaciales, Orkos, Necrones o Astra Militarum. Cada una de ellas posee unidades personalizadas y un árbol tecnológico propio. El objetivo final es hacerse con el control total del planeta y eliminar al resto de ejércitos, una tarea que se va complicando, y mucho, a medida que se acerca el final de juego, siendo las últimas misiones de cada facción todo un auténtico reto.

Inicio de partida

La partida comienza con una unidad colonizadora y la misión de expandirse por el planeta, tarea bastante complicada ya que, a diferencia de lo que suele ser habitual en el género, las unidades enemigas comienzan las hostilidades bastante pronto. De tal forma que el jugador tiene la sensación de sentirse amenazado y en inferioridad desde los primeros turnos.

La exploración del mapa más que en busca de recursos se hace como reconocimiento del terreno, ya que en Gladius es muy importante para el desarrollo de las batallas el espacio donde se libran otorgando beneficios o penalizaciones en función de su naturaleza y de las construcciones que haya.

Una vez superada una primera fase de supervivencia hay que expandirse y como la recolección de recursos se ha minimizado, basta con hacerse con un punto enemigo para conseguir esos materiales tan necesarios para la creación de nuevas unidades o mejoras.

Cada una de las razas tiene una campaña propia, las características de cada facción determinan la estrategia ya que algunas de ellas pueden crear y hacer progresar nuevas ciudades, mientras que en otras las unidades solo pueden entrar en juego desde un determinado punto estratégico.

Las misiones de campaña tienen diversos objetivos: construir edificios o tropas, destruir ejércitos neutrales, eliminar monstruos o recolectar recursos.

Los combates son bastante tácticos ya que Gladius permite cierto punto de tranquilidad a la hora de planificar cómo ha de desarrollarse la batalla y hay la suficiente cantidad y variedad de unidades para poder ensayar con diferentes estrategias: ataque frontal, flanqueo, combate cuerpo a cuerpo o a distancia… Algunas facciones se manejan mejor en un tipo determinado de conflicto, pero descubrir cuándo y cómo emplear cada tipo forma parte del encanto del juego

Cumple gráficamente

A pesar de ser un juego que no requiere un equipo excesivamente potente, Gladius muestra un apartado gráfico más que notable. Con una perfecta recreación unidades que será muy del agrado de los seguidores del universo Warhammer 40.000. El tablero está dividido en hexágonos para facilitar el movimiento. El diseño de edificios y ciudades es más pobre. Los diferentes tipos de terreno son fácilmente reconocibles y al poco de jugar ya se toma conciencia de cuál es mejor para presentar una batalla ofensiva o en cuál es mejor fortificarse.

Tyranids

Es el primer DLC que recibe el juego y aporta una nueva raza jugable, los Tyranids, cuya mecánica de juego difiere bastante de las otras cuatro. Esta facción funciona como una horda que consume todo a su paso, no crea edificios sino que los destruye y asimila sus recursos.

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