Thiago Almada no alcanzará la mayoría de edad hasta el 26 abril y apenas ha disputado nueve partidos como profesional en Vélez Sarsfield. Sin embargo, ya está considerada como una de las grandes promesas del fútbol argentino y el 2019 debe ser el año de su confirmación.
Fernando Batista, nuevo entrenador de Argentina Sub-20, ya lo ha convocado y a partir del 20 de enero participará en el Sudamericano de la categoría, un torneo en el que siempre aparecen talentos que reclaman el salto a Europa.
Almada nació en Fuerte Apache, el barrio que Carlos Tevez llevó a la fama y que ahora puede tener un nuevo estandarte. Este mediapunta diestro, habilidoso a más no poder y con la verticalidad necesaria para finalizar acciones en el área, llamó la atención desde su debut en el equipo de Liniers y acabó el año como uno de los hombres importantes para Gabriel Heinze, su técnico.
En poco más de 400 minutos en el campo ya ha conseguido tres goles, algunos de muy bella factura, con una conducción endiablada, con la pelota cosida a su bota derecha y con definiciones repletas de sangre fría. Además, ha repartido dos asistencias que engrosan sus números.
No obstante, su primer gran momento en el mundo del fútbol llegó incluso antes de su debut. Jorge Sampaoli lo llamó para trabajar como sparring junto a la albiceleste, que se preparaba para el Mundial de Rusia. Fue el único que entrenó con los seleccionados en Ezeiza –sede de Argentina en Buenos Aires- y después viajó a Rusia. Una experiencia inolvidable que espera repetir en Qatar, aunque ya asentado en el plantel.