Con 24 años vive en Ponferrada donde llegó hace diez años tras viajar desde África a Canarias en patera. Ha creado una ONG para ayudar a los vecinos de su ciudad natal, Harine.
Pase lo que pase la sonrisa no se borra del rostro de Ousmani Traore. Con 24 años, el malí ha vivido una historia muy diferente a la de sus coetáneos. Hace diez años abandonó el pequeño pueblo de Harine (fronterizo con Mauritania) para buscar una vida mejor. Su familia ahorró durante años para que su primogénito buscase la vida en Europa. Dejó todo atrás con 15 años, atravesó Mauritania y se subió a una patera con destino a las Islas Canarias. Él tuvo suerte y su viaje tuvo final feliz. Tras unos meses en Canarias, y al ser menor, fue trasladado a un centro tutelado por el gobierno en Ponferrada. Allí inició su nueva vida.
"Siempre me habían llamado la atención los deportes de contacto y cuando me enteré que podía hacer capoeira (arte marcial brasileño) no lo dudé. Era también una manera de integrarme", reconoce Traore. El deporte fue una tabla de salvación, porque gracias a él, su nueva vida fue más sencilla. Conoció a mucha gente, entre ella Diego Vázquez, dueño del gimnasio donde acudía. Incitado por él (que ha sido campeón de Europa de K1) probó otras modalidades de contacto y se enamoró. Desde entonces Muay Thai, Kickboxing, boxeo... no hay variedad que se le resista. "Yo pruebo todo lo que me den. Me gusta aprender y probar cosas nuevas, por desgracia en mi infancia no podía hacerlo".
El deporte es parte fundamental en su vida, pero también la formación. "Sé que debo estudiar. Acabé los estudios obligatorios, hice un FP de grado medio de mecánica y este mes de junio he terminado uno de grado superior en animación sociocultural. Me encanta ayudar a los demás", apunta el malí. Sus estudios fueron de pago, los cuales el mismo se sufragó trabajando en el gimnasio de Diego Vázquez haciendo tareas de mantenimiento. Sin duda, su ángel de la guarda en España. Con mucho esfuerzo y gracias a la oportunidad que tenía, Ousmani logró en el verano de 2017 viajar a Mali. Llevaba casi diez años sin ver a su familia.
"Tenía muchas ganas de ver a los míos, y también mi pueblo. Pensé que había crecido mucho... pero estaba igual. Eso me hizo reflexionar. Cuando fui llevé ropa, comida... todo lo que pude para ayudar a la gente del pueblo, sabía que mi ayuda sería importante. Pero al estar allí me di cuenta de que debía hacer algo más", asegura. Por ello, tras su vuelta a Ponferrada se reunió con Diego Vázquez y tras muchas vueltas ambos tuvieron la idea: una ONG para ayudar a través del deporte a los habitantes de Harine (800 vecinos censados). Dicho y hecho, porque en junio arrancaron con el proyecto, Bierzodemandana (mandana significa solidaridad).
La empresa Herrero Brigantina, patrocinador principal de la Ponferradina, le regaló 50 equipaciones del equipo para su fin. Es el primer paso, pero muy importante. "Me hizo mucha ilusión. Estoy deseando que lleguen a Mali", reconoce con una amplia sonrisa. En Harine está esperando el envío su hermano, quien es otra parte importante del proyecto. "Él se va a encargar de ayudar a todas las personas que quieran visitar el pueblo para apoyar. Esa es la idea, empezar con unas camisetas y hacer proyectos allí".
Toda la ayuda que vaya recabando la enviará, pero en un año vista está el primer proyecto de Ousmani. Viajará a Harine junto con Diego Vázquez, otro de sus sueños. "Quiero que mis padres conozcan a Diego, es una persona muy importante para mí y sé que les hará ilusión. Además, cuando vayamos intentaremos llevar toda la ropa y comida que podamos. Eso será una parte, la otra es nuestro proyecto. Con Diego enseñaremos a los niños el kickboxing, el fútbol (irá un entrenador con ellos) y todos los deportes que podamos. Queremos que los niños disfruten a través del deporte, puedan olvidarse de la situación que están viviendo allí y sobre todo queremos formar a vecinos del pueblo que den continuidad. Nos encantaría poder llegar con 3.000 euros, por ejemplo, y dar de comer a todo el pueblo durante varios meses. Lo intentaremos, pero lo más importante es formar a gente para que promulgue el deporte. A mí me ayudó muchísimo y a ellos también lo hará".
Es su sueño, ayudar del mismo modo que lo hicieron con él. El deporte fue clave. Sus valores fueron importantes para su nueva vida y los quiere transmitir. Su sonrisa ilumina Ponferrada y quiere que la de sus paisanos de Harine haga lo mismo. Ponferrada y Harine, separados por más de 2.500 kilómetros, unidos por un hombre Ousmani Traore.