Tras más de 200 años sobre el ring, las boxeadoras parece que empiezan a tener ese ansiado reconocimiento, sin tener que demostrar a cada golpe que son perfectamente válidas para este deporte.
Las hijas de los grandes pugilistas son quizá la cara más visible del boxeo femenino a principios de siglo. Laila Ali, Freeda Foeman y Jakie Frazier dan el relevo generacional a sus padres.
El mayor logro, no solo de este siglo, sino del boxeo femenino en sí, llega en 2012, con su debut como deporte olímpico. La rusa Elena Savelyeva se enfrentaba a Hye Song Kim. 10.000 personas presenciaban la victoria de Savelyeva. La boxeadora Katie Taylor fue la abanderada de Irlanda en la ceremonia de apertura en los Juegos Olímpicos de Londres. Katie ha sido campeona Europea, Mundial y Olímpica y es la atleta más admirada en su país seguida por la mediática estrella de la UFC, Connor McGregor.
Si hay algo que caracteriza a las mujeres es su tesón y su capacidad de enfrentarse a las adversidades. Gracias a ese teson y no sin adversidades, Cecilia Braekhus hizo que su país de adopción se replanteara cambiar la legislación al ser la primera fémina en cualquier categoría en poseer los títulos WBA, WBC, IBF y WBO simultáneamente, algo que han conseguido únicamente otros tres boxeadores. Consiguió, de esta manera, que el parlamento volviese a legalizar el boxeo en Noruega, haciéndose efectiva la derogación de dicha ley en 2016.
El panorama actual está lleno de nombres femeninos que vienen pisando fuerte, como el de Claressa T-Rex Shields, que se colgó su primer oro olímpico en Londres a los 17 años y repitió en Río cuatro años después. Campeona del mundo unificada por dos organismos, con solo 5 combates, Claressa pasó una infancia difícil, con un padre entre rejas y una madre drogadicta. Sufrió abusos sexuales siendo niña y en el boxeo encontró la salvación. Con 11 años, se enfundó los guantes golpeando con ganas un durísimo pasado. El mundo del boxeo está pendiente de que se confirme un combate entre Claresa y Christina Hammer, cinco veces campeona del mundo y la campeona más joven de la OMB. Este combate sería la primera pelea entre mujeres televisada en ppv (pago por televisión) de la historia, lo que demuestra el creciente interés por el boxeo femenino.
El boxeo femenino es muy popular en países como Estados Unidos, México y Argentina, pero no tanto en nuestro país. Joana Pastrana, primera mujer en ganar el Campeonato de Europa de peso mínimo en 2016 (título que revalidó en 2017), lo sabe bien. La falta de rivales femeninas la llevó a enfrentarse al reto de un campeonato europeo sin haber disputado antes uno nacional. Esa misma dificultad de encontrar oponentes, se hace mayor a la hora de entrenar, lo que la lleva a hacer de sparring con hombres y, en muchos casos, de más peso que ella. Sin embargo, el incremento de la presencia femenina en el boxeo es cada vez más palpable en los gimnasios y en el número de eventos que se realizan