Hablar del 6 Naciones es hacerlo del torneo con más arraigo del rugby mundial. El campeonato del viejo continente ofrece cada invierno sensaciones especiales. Inglaterra vuelve a ser favorito tras levantar los dos últimos trofeos. En el país inventor de este deporte incluso muchos se atreven a comparar a su equipo con los All Blacks, casi subestimando a sus adversarios europeos. A su máximo nivel, ningún otro combinado puede con la amplia factoría de jugadores de Eddie Jones pero, como se vio el pasado año, no es invencible. Irlanda le derrotó en Dublín en 2017 y se antoja como alternativa, aunque deberá hacer algo más que en la pírrica victoria ante Francia con drop salvador de Sexton en el tiempo de añadido y desde el centro del campo. Curiosamente, el calendario de esta edición les cruzará en Twickenham en la última jornada. Proyectos continuistas, fácilmente reconocibles.
Escocia lleva en claro proceso de crecimiento desde hace varios años y, con Townsend a los mandos de la selección y debutando como máximo responsable técnico del equipo en el torneo, quería presentarse como candidata al título. Su derrota en Gales en la jornada inaugural complica sus cuentas, pero aún podría lograr una carambola si gana el resto de partidos. Ganó el último V Naciones, en 1999, pero desde entonces ha vivido más al límite de la Cuchara de Madera que con los puestos que dan derecho a la gloria. Gales iba para gran dominador de la década y en las últimas ediciones se ha quedado con el cartel de animador. Con un modelo ya casi agotado, sí que ha roto las esperanzas de más de uno. Las lesiones obligaron a Gatland a renovar sus líneas, y al verse obligado a salir de su inmobilismo habitual se ha encontrado en el estreno con una buena versión del Dragón.
Mención especial merece en este 2018 el combinado del Gallo. Francia vive en una crisis tremenda. No gana un partido desde el 6 Naciones del pasado año, llegó a empatar con Japón como local en la última ventana de noviembre y Guy Novès fue destituido. Jacques Brunel, hace unos años seleccionador de Italia, ha sido el elegido, casi por descarte, para intentar reflotar a un histórico que, literalmente, ha tocado fondo. Se le ha visto sufriendo ante Italia, pero también plantando cara a Inglaterra. Sin ir más lejos, rozó la victoria en el debut contra Irlanda. En cuanto a los 'azzurri', Conor O'Shea ha asumido que toca construir desde cero al combinado italiano. Salvando Parisse, Ghiraldini o el recuperado Zanni, la gran mayoría son jugadores con menos de 10 caps y las esperanzas son escasas. Más allá de resultados, debe lograr estabilidad, crecimiento... y recuperar cierto crédito en esta competición.
Ningún combinado nacional ha encadenado tres títulos desde que se amplió el Torneo en el 2000. Inglaterra tiene la oportunidad de ser el primero y su calendario parece propicio. Si salva el escollo de Murrayfield y llega dependiendo de sí mismo a la última jornada contra Irlanda tendrá mucho trabajo hecho. Escocia pide paso, Gales tiene ganas de animar el torneo y Francia reclama un respeto histórico que ha perdido. Se admiten apuestas, arranca el 6 Naciones, el campeonato de rugby con más solera del planeta.
Tiene Eddie Jones un cierto punto altivo, sabedor de que maneja más jugadores que nadie. Tanto es así que la entrada y salida de jugadores ya no sorprende a casi nadie. Destaca la ausencia de varios lesionados, como el polivalente tres cuartos Daly o los Número 8 Hughes y, sobre todo, Billy Vunipola, a los que intentará suplir el joven Simmonds, que ya firmó dos ensayos ante Italia. Junto a él un combinado en el que el resto de la delantera se conoce casi de memoria, con dicha renovación en la tercera línea y la posible entrada progresiva de Underhill. Itoje es fijo, a falta de determinar si habitualmente será segunda línea o lucirá el dorsal 6. En los tres cuartos, Mike Brown llegaba tocado, pero fue titular en Roma. Que finalmente el seleccionador pruebe a Nowell como centro es otro de los atractivos del proyecto del XV de la Rosa. Eddie Jones tiene un único objetivo, derrotar a los All Blacks en el Mundial de 2019, pero antes tendrá que afianzar aún más su bloque e ir reforzando su candidatura a base de éxitos en el 6 Naciones y de ser el primer equipo capaz de encadenar tres triunfos seguidos. Empezó arrollando en Roma (15-46) y después recibe a Gales. En teoría, asequible. Después visitará a Escocia, donde le esperan con los dientes afilados. La siempre incómoda salida a París y el cierre contra Irlanda en el templo de Twickenham. Aunque su primer XV titular estuvo lleno de viejos conocidos, Earle, Solomona, Mercer y Mallinder o los nuevos pilares también son nombres a tener en cuenta y que podrían tener minutos durante el torneo.
As a seguir: Owen Farrell
El apertura de Saracens suele actuar como primer centro en Inglaterra. Es el mejor jugador actualmente de Europa y el único que tutea al neozelandés Barrett a nivel mundial. No sólo patea, también reparte juego y se hace fuerte en defensa. Aunque muchos intenten compararle con Wilkinson ha sido capaz de esquivar dicha presión para convertirse en un jugador auténtico e insustituible. Ante Italia, en la primera jornada, ya posó un ensayo.
Sus últimas ocho victorias consecutivas, las prestaciones mostradas en los test de noviembre y haber sido el último combinado en derrotar a Inglaterra la convierte en clara alternativa a romper la hegemonía del XV de la Rosa, al que ya le fastidió el Grand Slam del pasado año. Joe Schmidt cuenta con una primera línea muy solvente (Healy-Best-Furlong) y una tercera que también es garantía de éxito (la dupla O’Mahony-CJ Stander más un añadido) pese a las bajas de Heaslip y especialmente O’Brien. En realidad, todo el bloque del Trébol lo es. Su dupla de medios Murray-Sexton lleva muchos años actuando juntos a nivel internacional y en los backs se ha permitido el lujo de incluir a Bundee Aki tras su nacionalización. Quien fuera jugador destacado en el Super Rugby rememorará, junto a Henshaw (antiguo compañero en Connacht), a los predecesores D’Arcy-BOD. En las alas, se cuela el joven Stockdale, una de las sensaciones de Ulster. Irlanda salió viva de un partido trampa en París con un drop increíble de Sexton en el 82’. Ahora afrontará tres encuentros seguidos como local contra Italia, Gales y Escocia. Llegar a la última cita, con cuatro victorias y jugándosela a todo o nada ante Inglaterra puede suponer un cierre grandioso. Esa es la previsión más optimista, pero todo puede cambiar si, por el camino, las lesiones le merman como acostumbran o si en algún momento de desconexión se le va algún partido ante Gales o Escocia.
As a seguir: Furlong
El mejor pilar derecho del planeta. Palabras mayores. Pese a su poco tiempo en la élite ha sabido ganarse el respeto de todos y relevar con garantías a Mike Ross. Tanto en Leinster como en Irlanda, y el pasado verano en los Lions, se le considera indiscutible. Placa y también es solvente en el juego de melé, donde aún se ganan partidos. Su progresión es notable y junto a Best y Healy conforma la primera línea más respetada.
As a seguir: Guirado
El talonador, capitán del Gallo, es el único jugador del XV francés que es indiscutible en su puesto. Ante Irlanda realizó 28 placajes. Líder en Toulon, también lo es en el combinado nacional pese a los continuos cambios de seleccionador. Momentos complicados para una selección histórica en la que este descendiente de españoles es de lo más regular en este período de crisis. Los jóvenes franceses y los novatos llamados por Brunel tienen en él la referencia.
La línea descendente que venía protagonizando la selección del Gallo en los últimos años tocó fondo en el segundo semestre de 2017 con un empate en casa ante Japón. Con el histórico Guy Novès entonces al mando, y una fractura institucional tremenda, Laporte apostó por Brunel, al que no se le reconocen méritos de primer nivel desde que hiciese ganador del Top14 a Perpiñán hace casi una década. En su lista inical se ha permitido el lujo de dejar fuera a Kayser, Chouly, Trihn-Duc… pero sobre todo a Picamoles, al que ha repescado para la segunda jornada por la lesión de Gourdon. No estarán, en este caso por fuerza mayor, Morgan Parra y Wesley Fofana. Esta dupla de Clermont estaba llamada a liderar los tres cuartos de Francia y Brunel deberá arrancar con otras alternativas. Lo intentó con el apertura Jalibert, de sólo 19 años, pero se lesionó ante Irlanda a la media hora. Ahora convoca a Beauxis, que llevaba seis años fuera. El proceso de renovación del Gallo afecta sobre todo a la segunda y tercera línea. Francia, que ganó el Grand Slam en 2010, arrancó en casa ante Irlanda, a la que casi derrota. No puede permitirse que Italia le plante cara en la tercera jornada y después tendrá que demostrar por qué incomoda tanto a Inglaterra en sus duelos directos. Pocos apuestan por el combinado galo, y el manido discurso del Rugby Champagne es sólo eso, palabras. Su nivel actual le libera de esa presión que tanto daño le hizo. La escasa sintonía entre la política de clubes del Top14 y las necesidades de la Selección ha estancado a este histórico. Irregularidad al máximo, es capaz de todo.
As a seguir: Hogg
El mejor zaguero del hemisferio norte ha madurado estos años, controla sus impulsos sin perder ni un ápice de su habilidad y capacidad para romper la línea rival. También es un consumado pateador de larga distancia y cuenta con el carácter necesario para liderar a sus compañeros desde la posición más retrasada del campo. El único escocés que partía como titular en la última lista de los Lions.
No se recuerda en suelo caledonio tanta esperanza como la que desprende el actual combinado de Gregor Townsend. Un modelo que él mismo inició desde Glasgow Warriors y del que se empaparon sus antecesores. Jugador importante en la última Escocia que ganó el V Naciones de 1999, ahora tiene el reto de ser quien lidere a su país a reclamar viejos laureles. Escocia es, en los últimos años, el combinado que más ha crecido. Hace menos de un lustro aún peleaba con Italia en el subsuelo, ahora mira desafiante a los ojos de Inglaterra e Irlanda (a la que ya derrotó en 2017). Tras estar a punto de eliminar a Australia en cuartos del último Mundial ha ido subiendo enteros y su juego descarado ha encandilado al resto. Sin embargo, toda la teoría se fue al traste en Cardiff, en una mala tarde, para arrancar este 6 Naciones con un desastroso 34-7 pese a que en noviembre había tuteado a los All Blacks y batió a Australia en las antípodas en junio. No cuenta con hombres tan talentosos como las candidatas al título, pero su bloque funciona. Tiene bajas importantes en delantera, destacando la de WP Nel. La tercera línea busca un 8 que marque diferencias, pero atrás sí que ilusiona. Hogg es desequilibrante y el apertura Finn Russell lleva dos años a un nivel excelso. El ex capitán Laidlaw. En los centros, atentos a la nueva pareja Huw Jones-Harris. Después de caer en Cardiff, ahora debe superar a Francia en Murrayfield para plantarse en la tercera jornada ante el eterno rival inglés en Edimburgo. Más que un partido, una cuestión de estado. De ahí visita a la casi inexpugnable Dublín y cierre en teoría plácido en Roma.
As a seguir: Alu Win Jones
El gigantesco capitán del Dragón es un seguro de vida, raras veces falla y nunca decepciona. No cuenta con el cartel de otros segundas líneas más mediáticos, ni tampoco el de otros compañeros de Selección, pero es determinante para Gatland. La renovación forzosa de Gales requiere de un hombre en el que apoyarse y ese es Alun Wyn, tan solvente en el juego del lineout como a la hora pelear en el ruck
Cuando Gatland tiró de la nueva generación de los North, Halfpenny, Faletau o Jonathan Davies a comienzos de esta década, siendo semifinalista en el Mundial de 2011, parecía que se abriría una época dorada. No al nivel de la década de los 70 pero sí como para dominar Europa. Aquello duró dos torneos. Gatland no ha sido capaz de renovarse cuando lo requería la situación y ha exprimido al máximo el modelo mientras las lesiones se lo han permitido. Es casi norma ver como jugadores indiscutibles se pierden partidos importantes y en este 2018 no habrá excepción. Pero ante Escocia todo salió bien, la tercera línea Shingler-Moriarty-Navidi fue el mejor ejemplo. Donde también se vio afectado el Dragón fue en los medios. Webb vuelve a estar lesionado (ya se perdió el Mundial) y Biggar cayó a última hora. Gareth Davies toma las riendas (ensayó ante el Cardo) y Patchell le ayudará a mover el equipo. El pateo es cosa de Halfpenny, que dejó dos conquistas en el debut. El éxito de Scarlets, actual campeón del ahora llamado Pro14, es el bloque al que se aferra actualmente el único país europeo donde el rugby es el deporte nacional. Tras doblegar de forma amplia a Escocia (34-7) se presenta ahora como la nueva amenaza de los dos grandes favoritos. Después visitará Twickenham y esa será la prueba definitiva. Repetir la hazaña mundialista de 2015 ganando a Inglaterra en su templo se antoja casi una quimera. Visita a Dublín a continuación, donde suelen verse partidos vibrantes entre ambas escuadras, y cierre con Italia y Francia en el Principality Stadium.
Poco o nada se espera de los Azzurri. Conor O’Shea tiene ante él un bloque en el que apenas aparecen referentes. Si ya de por sí el panorama es bastante gris sus hombres destacados en suelo británico, Campagnaro (Exeter) y Sarto (Glasgow) están lesionados. Al ala lo esperan durante el torneo, pero incluso así las expectativas son escasas. El seleccionador ha llamado al experimentado flanker Zanni, que cumplió 100 partidos ante Inglaterra, pero para actuar en segunda línea. Salvando el caso de Parisse, acaparador de casi todo el juego ofensivo, y Ghiraldini, Gori o Benvenuti, el resto son jugadores con escasa o nula experiencia a nivel internacional. En su política habitual de nacionalización surgen dos nuevos nombres, Hayward y McKinley, pero en los medios Allan y Canna parecen llevar ventaja a este último. El primer partido en Roma, ante una Inglaterra que salió con su mejor XV, acabó con un 15-46 en el que los dos ensayos Azurri despertaron cierta ilusión sobre la que ir edificando. Ahora buscará un partido digno en el Aviva Stadium dublinés, para encarar después su encuentro más especial. El Trofeo Garibaldi, que ha ganado dos veces en la última década, le mide a Francia en el Vélodrome de Marsella, en esa tercera cita. Hace dos años, con un drop de Parisse en el último minuto, a punto estuvo de asaltar el Stade de France. Cerrará el torneo visitando Cardiff y recibiendo a Escocia.
As a seguir: Parisse
Va camino de convertirse en el jugador con más internacionalidades de la historia. Lo hace además en un combinado en el que sus compañeros de generación se fueron retirando hasta dejarle como una especie de isla. Omnipresente, suele hacer daño en ataque y busca el ensayo con asiduidad. Su carácter le pierde en ocasiones hasta descentrarle. Su nivel está muy por encima del de la mayoría de compañeros.