Va al cajero automático a sacar 3.000 euros y se encuentra una inédita sorpresa: “Nadie tenía acceso”
Tras iniciar la transacción e ingresar el dinero, Lothar trató de cambiarlo por divisas de 200 euros, pero la máquina de la entidad bancaria se bloqueó.
Si bien el uso de las tarjetas de crédito se ha popularizado mucho en los últimos años, muchas personas prefieren seguir utilizando dinero en efectivo. Pese a ser menos práctico, el empleo de divisas físicas puede ayudar a mejorar la economía familiar y organizar mejor los gastos. Sin embargo, podemos vivir situaciones realmente injustas al intentar cambiar el dinero físico.
Como es el caso de Lothar. Natural de Viena, Austria, el hombre acudió a un cajero del banco Erste Bank en el distrito de Floridsdorf para cambiar 3.000 euros en efectivo por billetes más pequeños, según explica el medio Taartmanie.
Tras iniciar la transacción e ingresar el dinero, Lothar trató de cambiarlo por divisas de 200 euros, pero la máquina de la entidad bancaria se bloqueó, asegurando que la operación no podía completarse.
“Decía que mi dinero ya estaba guardado de forma segura y separada en el cajero automático y que debía contactar al personal en el vestíbulo”, explica.
Cabe tener en cuenta que los hechos ocurrieron poco antes del primer fin de semana de Pascua, festividad durante la cual muchos bancos del país cierran sus sucursales, por lo que el hombre tuvo que esperar hasta principios de este mes para ver solucionado su problema.
“Me fui con la referencia del fin de semana largo de Pascua; nadie tenía acceso al cajero automático”, sostiene.
Varias semanas de espera
Tras varias semanas, Lothar consiguió que le ingresaran su dinero en su cuenta. Sin embargo, no pudo cambiar el dinero por billetes más pequeños, que era su plan inicial desde que acudió a la sucursal.
“Siempre me mandaban fuera. Los empleados solo decían que tardaría un poco. Mis vacaciones previstas tampoco se llevaron a cabo porque me faltaban 3.000 euros”, asegura.
Tras enterarse del incidente, la matriz del banco, Erste Group, defendió que la demora en el dinero fue provocada por “circunstancias desafortunadas”, y afirmaron tener uno “altos estándares de servicio al cliente”, que, desafortunadamente, “no pudimos cumplir en este caso.”
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