Una mujer lleva 5 años sin recibir la pensión, se comprueba el error y la respuesta de la Seguridad Social de su país la enfurece todavía más
Después de dedicar su vida a cuidar a su marido, una lituana descubre que su pensión ha desaparecido por un error administrativo que nadie quiere corregir.

La historia de Nijolė, una jubilada lituana de 69 años residente en Inglaterra, ha desatado indignación en medios lituanos y redes sociales tras conocerse que pasó cinco años sin recibir la pensión que le correspondía legalmente. El motivo fue un error administrativo por parte de Sodra, el organismo estatal encargado de la seguridad social en Lituania. Pero lo que más ha enfadado a la afectada no ha sido el fallo en sí, sino la respuesta de la institución incluso después de admitir el error.
Nijolė lleva más de 18 años viviendo en Birmingham. Durante su vida laboral en Lituania cotizó puntualmente, confiando en que su retiro sería, al menos, digno. Pero tras iniciar el proceso para recibir su pensión, lo único que encontró fue una cadena interminable de llamadas sin respuesta clara, trámites opacos y desinformación. “He trabajado toda mi vida. He pagado impuestos. ¿Y ahora qué? ¿Tengo que mendigar por lo que es mío?”, expresó molesta.
La situación se agravó porque Nijolė no estaba sola: su marido sufrió un derrame cerebral y ella se convirtió en su cuidadora principal, sin recibir ayuda financiera alguna por parte del estado lituano. El dinero de la pensión le habría permitido cubrir necesidades básicas y cuidados médicos. “Es como si no existieras. Llamas, explicas, insistes… pero nadie se responsabiliza. Nadie te escucha”, denuncia.
Tras años de insistencia y con la ayuda de una abogada, el caso llego finalmente a manos de Sodra. La institución reconoció que, efectivamente, había habido un error en el cálculo y asignación de la pensión. Primero se le pagó solo la mitad de lo adecuado, y solo tras volver a presionar, logró recibir el resto de la suma: más de 16.000 euros en total. Pero, según ella, el daño ya estaba hecho.
“No solo perdí años de estabilidad financiera, también tuve que pagar abogados de mi bolsillo. Y lo peor, no hubo disculpa, ni compensación por intereses o gastos”, lamentó indignada.
¿Y si no hubiera insistido?
Sandra Paulauskė, la abogada que ayudó a Nijolė, denuncia que casos como este no son aislados. “Cada vez más personas se encuentran con errores similares, y lo triste es que muchos ni siquiera tienen la fuerza o los recursos para reclamarlos”. Según la abogada, el sistema parece diseñado para desincentivar las quejas. “Todo se demora, nadie explica nada con claridad y, en la mayoría de los casos, se necesita asesoramiento legal para obtener lo que debería llegar automáticamente”.
Desde Sodra, la portavoz de comunicación, Malgožata Kozič, admitió ante la prensa que se trata de un problema real. “Sí, hay errores y sí, se están revisando procedimientos. Es positivo que estos casos se hagan visibles”. Por su parte, la ministra de Seguridad Social y Trabajo, Inga Ruginienė, prometió revisar a fondo la gestión del organismo.
Pero para Nijolė, las palabras llegan demasiado tarde. “No quiero promesas, quiero respeto. Quiero que alguien, al menos una vez, me pida perdón. Te hacen sentir culpable por pedir lo que es tuyo, pero soy una persona y merezco que me traten como tal”.
Su caso, lejos de ser una excepción, ha servido para abrir el debate sobre la gestión de las pensiones en Lituania, sobre todo entre los ciudadanos que viven en el extranjero.
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