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Salud

Una doctora explica por qué el estrés también puede causar orzuelos

El orzuelo es una de las afecciones oculares más comunes y molestas. Aunque en la mayoría de los casos no es grave, su aparición recurrente podría ser un indicativo de otros problemas de salud.

Una doctora explica por qué el estrés también puede causar orzuelos

Un orzuelo es una infección que afecta las glándulas sebáceas, donde se segrega la grasa que forma parte de las lágrimas, o los folículos pilosos, donde se insertan las pestañas, en el borde del párpado. Esta infección es generalmente causada por una bacteria y se manifiesta como una protuberancia rojiza, dolorosa y similar a un grano.

Los orzuelos pueden ser externos y más visibles, cuando están en la parte externa del párpado. Pero también pueden ser internos, cuando se desarrollan dentro del párpado, lo que los hace más difíciles de detectar. Hay varias señales de que una molestia en el ojo se trata de un orzuelo, y estas son las más evidentes: cuando aparece la protuberancia roja (vigila si tienes un bulto inflamado, rojizo y doloroso en el borde del párpado. Además, puedes tener dolor al tacto o sensación de presión justo donde está la protuberancia, o incluso sentirlo antes de que aparezca algún bulto.

Otra forma de expresión del orzuelo es que se hincha el párpado, es una inflamación que puede afectar solo el bulto o extenderse al párpado completo. O de repente tienes un lagrimeo excesivo y secreción amarillenta ambos son signos de que el cuerpo está intentando combatir la infección. Habitualmente los orzuelos desaparecen solos en unos días, sin embargo puedes tratar de acelerar el proceso y facilitar que se deshaga la grasa acumulada, aplicando calor seco a la zona. Si el orzuelo no mejora en una semana, se expande o se acompaña de fiebre, es importante consultar a un médico.

Por qué aparecen los orzuelos

En Diario AS hemos hablado con la doctora Ainhoa de Federico, es especialista en Visión natural, profesora investigadora de la Universidad de Toulouse, directora del Centro Internacional de Coaching Visual y autora del Método Volver a ver claro, quien nos explica las posibles causas, los tratamientos más efectivos y cuándo acudir al oftalmólogo. “Aunque cualquier persona puede desarrollar un orzuelo, ciertas condiciones o factores pueden aumentar el riesgo de que aparezcan. Comenzamos por la más común, que es tener una higiene deficiente. Muchas personas ignoran que deben evitar tocar sus ojos con las manos sucias, y evitar compartir accesorios personales relacionados con la vista”.

“Por otra parte, también hay otros hechos que pueden dar lugar a orzuelos, como la blefaritis crónica, que es la inflamación persistente en los bordes de los párpados, o incluso la diabetes, ya que la hiperglucemia puede debilitar el sistema inmunológico, aumentando el riesgo de infecciones.

Pero también hay un factor desencadenante de los orzuelos que es el estrés, ”puede afectar el sistema inmunológico, facilitando la aparición de orzuelos. Además es importante contemplar que hay ciertos tipos de maquillaje que obstruyen los orificios del borde del párpado haciendo más probable la aparición de orzuelos, mientras que otros, por el contrario, favorecen la limpieza del ojo, como el khol (lápiz cosmético) siempre que esté compuesto únicamente de plantas”.

Los tratamientos efectivos para un orzuelo

  • Aplica calor: usa una toalla limpia o una bolsita de té de manzanilla tibia sobre el ojo
    durante 10-15 minutos, durante 3 o 4 veces al día. Puedes aplicar también saquitos de semillas calientes para los ojos. El calor estimula el drenaje del orzuelo y alivia el dolor.
  • Cuida la higiene diaria: lava los párpados con una gasa estéril y una solución de champú para bebé diluido en agua tibia. Puedes hacer baños de ojos con suero fisiológico.
  • Evita tocar o exprimir el orzuelo: esto podría agravar la infección o diseminarla a otras partes del ojo.
  • Medicamentos, en casos severos o recurrentes, un médico podría recetar antibacterianos tópicos u orales.
  • Tratamientos alternativos, el gel de aloe vera y las compresas de cúrcuma también pueden ayudar gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas.

El orzuelo propiamente no es contagioso, “pero las bacterias que lo causan pueden propagarse si los llevas de un ojo a otro, bien sean los tuyos o de otras personas cercanas. Evita el contacto directo con el orzuelo, mantén una higiene adecuada de tus manos y tus ojos como te hemos indicado más arriba y lava frecuentemente las toallas y almohadas, en particular si compartes tu hogar con más personas”.

Respecto a cómo evitar ese posible contagio bacteriano, “es imprescindible mantener una buena higiene y para ello debes lavar tus manos siempre antes de tocar tus ojos y limpiar tus párpados regularmente. Un buen hábito de limpieza incluye desmaquillarte cada noche antes de acostarte y cambiar tu maquillaje de ojos cada 3 ó 6 meses máximo. El maquillaje de ojos es muy importante que se conserve como uso estrictamente personal, pero además es ideal si puedes no compartir toallas, almohadas y cualquier otro accesorio que esté en contacto con los ojos”.

La alimentación es clave en la prevención de estas infecciones, “mantén una dieta rica en vitaminas A (zanahorias, espinacas), C (cítricos, pimientos) y zinc (legumbres, frutos secos), que son particularmente buenos para los ojos y la vista. No descuides la hidratación y al menos 7 u 8 horas diarias. Si el estrés puede ser un desencadenante de orzuelos es imprescindible mantener un equilibrio de vida balanceado. Yo recomiendo practicar técnicas de relajación, meditación o yoga para mantener un sistema inmunológico fuerte”, añade la doctora.

“Por regla general, lleva también al día las revisiones médicas regulares, no solo al oftalmólogo al menos una vez al año, sino también tener bajo control evaluaciones generales de diabetes”.

Síntomas de otros problemas de salud

Si bien un orzuelo ocasional no es preocupante, si aparece de forma recurrente o si se mantiene más de una semana deberías consultar a un médico. La recurrencia de un orzuelo podría ser indicativa de:

● Diabetes no controlada.

● Blefaritis crónica.

● Problemas inmunológicos o deficiencias nutricionales.

“Si notas que los orzuelos son frecuentes o severos, consulta a un médico para descartar afecciones subyacentes. En algunas escasas ocasiones un orzuelo puede cronificarse, puede tratarse de un chalazión o quiste de Melbomio (bloqueo de la glándula sebácea). En este caso para retirarlo puede hacer falta una intervención quirúrgica que sólamente puede ser llevada a cabo por un médico”, añade.

“En principio un orzuelo no es un síntoma preocupante, no debería afectar la vista ni debería ser contagioso si mantienes unos hábitos de higiene adecuados y debería desaparecer en unos días, tanto más fácilmente si aplicas calor a la zona. Para evitar que aparezca es importante tener una buena higiene personal, cuidar de tu salud general y llevar una vida equilibrada. Si te aparece un orzuelo y se prolonga por más de una semana, si es doloroso o si es recurrente, entonces es importante que acudas a un médico para recibir un tratamiento adecuado y descartar alguna condición que haya que cuidar como la diabetes, el estado de tu sistema inmunitario o una blefaritis”, finaliza.

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