Un pequeño pueblo en Castilla y León ordena eliminar todos sus bancos y llena sus calles con butacas del Camp Nou
En una localidad soriana los bancos de las calles fueron sustituidos por butacas del Camp Nou. ¿Cómo ocurrió esto?

La España profunda contiene tantas peculiaridades como pueblos remotos y perdidos. Sin embargo, la guinda del pastel se halla en Castilla y León. En la provincia de Soria se encuentra Langa de Duero, un pequeño pueblo de 700 habitantes que no tiene bancos en sus calles.
Tiene 1.700 butacas del Camp Nou que adornan sus soportales y plazuelas, y que en su día fueron testigos del “maestro” Johan Cruyff o del “pelusa” Diego Armando Maradona. Pero, ¿cómo es posible que los asientos de uno de los estadios más grandes del mundo acaben en las pedanías de un pueblo perdido de la mano de Dios?
Trabajar en un bar y conseguir una remesa de butacas del Camp Nou para tu pueblo
La mente pensante de esta singularidad tiene nombre y apellidos. Aurelio Zayas Santos, original de Langa de Duero, trabajaba en los años noventa en el Bar Marcelino, a escasos metros del funicular de Montjuic. Allí, servía “mitjanas” a toda clase de clientes, incluidos algunos con cierto estatus de responsabilidad.
Simultáneamente, el estadio del Barcelona experimentaba un proceso de transformación para adaptarse a la normativa para sentar a sus aficionados. Aurelio, maestro del lenguaje de barra, entonces comenzó a confraternar con varias figuras que le proporcionaban acceso al estadio. Con ello, descubrió que miles de sillas del Camp Nou se guardaban en una piscina municipal de la ciudad condal, y llegó a la conclusión de que podían ser perfectas para las instalaciones municipales de su pueblo Langa.
“La burocracia en el Ayuntamiento de Barcelona era bastante complicada. La subdirectora de la Fundación Joan Miró, Dolors Ricart, agilizó muchos los trámites”, recuerda Aurelio Zayas en el Heraldo de Soria. Y es que dicha fundación decidió ceder las sillas a cambio de que éstas debían ser retiradas en el plazo de 24 horas. La concesión se materializó el 4 de mayo de 1998, y el 10 de ese mes las sillas que antes dieron forma al tercer anfiteatro del Camp Nou se encontraban a más de 500 kilómetros. El acuerdo inicial establecía 1.000 sillas, pero finalmente se cargaron 700 más.
Una vez llegaron a Langa, en una camioneta conducida por Aurelio, el Ayuntamiento se hizo cargo de ellas y las instaló en el Centro Municipal Las Heras, donde juega el bicampeón provincial y equipo local CD Langa. Sin embargo, como el número inicial de sillas ascendió, decidieron repartirlas por el resto de la localidad, incluso por algunos pueblos periféricos como Bocigas de Perales o Valdanzuelo.
Y es así, hasta la actualidad, que las calles de Langa de Duero tienen los peculiares espacios públicos que en sus gloriosos años contemplaron a los mejores jugadores del mundo en el Camp Nou. Ahora ideales para contemplar cómo es la vida en la España más rural.
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