Un carnicero revela el error que provoca que salga agua de la carne cuando cocinamos y detalla su truco
La cantidad de agua liberada por trozo de carne depende de varios factores, como la cantidad de líquido retenido en los músculos, o la temperatura de cocción.

El mundo de la cocina es un sector muy complejo. Aunque a primera vista pueda parecer sencillo, cocinar de forma apropiada y eficiente puede ser muy complicado. Y, en ocasiones, cometemos errores involuntarios que reducen la calidad de nuestro plato aún más.
Así ocurre cuando cocinamos carne y comienza a liberar agua. Muchas personas creen que se debe a la mala calidad del alimento, o al uso de hormonas para aumentar el peso de la pieza. Sin embargo, la cantidad de agua liberada por trozo de carne depende de varios factores, como la cantidad de líquido retenido en los músculos, la temperatura de cocción o la preparación previa de la pieza.
De acuerdo con varios expertos carniceros, la carne tiene entre un 65% y un 80% de agua, dependiendo de la edad del animal, su raza o el tipo de músculo. Los animales más jóvenes, por ejemplo, tienen más líquidos, y los músculos de cierto tipo de animal, que están más desarrollados, contienen menos agua.
Esto no significa que sea bueno. Si bien es natural, un exceso de agua durante el cocinado de la carne puede afectar al resultado final del plato. Por ello, debemos evitar realizar ciertas manías o costumbres a la hora de cocinar. Aquí presentamos algunas que agravan el problema, y que debemos evitar a toda costa:
- Cocinar carne directamente de la nevera: Los expertos aconsejan dejar la carne a temperatura ambiente durante, al menos, 30 minutos, ya que, si está demasiado fría, se produce un choque térmico que incrementa la cantidad de agua.
- No secar la carne antes de cocinar: En ocasiones, la pieza estará húmeda o tendrá líquido residual del envase, por lo que es recomendable secarla un poco con papel de cocina antes de empezar a cocinarla.
- Voltear la carne constantemente: Muchas personas tienden a girar la carne constantemente. Pero, al hacerlo, los líquidos internos se distribuyen y pueden filtrarse, por lo que es mejor solo darle la vuelta una vez.
- No controlar la temperatura de la sartén o la parrilla: Es imprescindible calentar suficientemente la sartén, ya que, si está fría, los líquidos no se evaporarán rápido y se mezclarán con la carne durante la cocción.
- Presionar la carne con una espátula: Esta es una de las manías más comunes a la hora de cocinar. Sin embargo, presionar constantemente la carne hace que los jugos se escapen y el resultado final es una carne seca.
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