Transporta un hurón en la mochila durante la baja laboral y le sale a pagar a Renault con 60.000 euros por despido improcedente
El trabajador estaba de baja por incapacidad temporal a causa de una lumbalgia y le recomendaron evitar llevar cargas de mucho peso.
Un despido se considera improcedente cuando, por parte de la empresa, no se cumplen con los requisitos legales marcados por la legislación en el Estatuto de los Trabajadores. Un despido que se produce, generalmente, cuando no se pueden justificar las causas del despido o cuando no se sigue el procedimiento requerido para ello.
En algunos casos, no obstante, hay quien considera que una falta puede ser motivo claro de despido, pero que luego la justicia dicte lo contrario. Es el caso de un trabajador de Renault, que fue despedido de su puesto de trabajo mientras estaba de baja por incapacidad temporal a causa de una lumbalgia por enfermedad común. De acuerdo con los informes médicos de este hombre, debía evitar cargar con grandes pesos.
Pero, no obstante, sí que podía realizar otras tareas como conducir (con descansos cada cierto tiempo) o algo de ejercicio moderado, como yoga o pilates. La empresa, en cualquier caso, decidió contratar los servicios de un detective privado para seguir a su trabajador. Con ello, comprobaron que hacía “vida normal”, por lo que procedieron a comunicarle sus despido a través de una carta el 6 de junio de 2024.
El hombre, de baja por incapacidad temporal desde el 12 de junio de 2023 y que llevaba desde 2002 en la empresa, fue seguido por este detective durante un tiempo. Según aparece reflejado en la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, el informe del detective señala que, uno de los días, le ve cargando con varias bolsas y mochilas. Una de ellas a la espalda, con un hurón dentro (de 400 gramos, concreta).
El empleado, entonces, decidió interponer una demanda contra la empresa, que finalmente fue condenada por el Juzgado de lo Social nº1 de Valladolid, a elegir entre readmitir al trabajador en las mismas condiciones que tenía antes del despido (categoría de oficial 3ª, con un salario mensual de 2.603,69 euros) y abonarle los salarios que dejó de percibir desde el mismo, o indemnizarle con 61.632,55 euros.
Pruebas insuficientes
A pesar de que la empresa automovilística decidió interponer un recurso de suplicación, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León finalmente ratificó la sentencia, apoyando el argumento de la defensa del trabajador. “Las actividades realizadas no tienen la entidad suficiente para perjudicar o retrasar la curación del proceso de incapacidad temporal en el que estaba incurso”.
La justicia rechazó de este modo los argumentos y las pruebas de Renault, considerando las grabaciones y los informes de los detectives no eran suficientes para modificar los hechos probados. De este modo, la empresa deberá pagar también las costas del recurso, incluidos 600 euros más IVA por los honorarios del abogado de su empleado.
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