Quién era Emanuela Orlandi, la joven que desapareció en el Vaticano y su caso fue reabierto en el pontificado de Francisco
La joven despareció sin dejar rastro del 22 de junio de 1983.
El 22 de junio de 1983 Emanuela Orlandi le pidió a su hermano Pietro que la acompañara a la clase de flauta que tenía en la tarde. Su hermano se negó y fue una decisión de la que se lamentará toda su vida, porque sería la última que la verían tanto él como los otros seis miembros de la familia. Orlandi tenía 15 años y su familia era residente en el Vaticano, ya que su padre trabajaba como funcionado en el mencionado microestado. Esta ha sido uno de los misterios que más intriga ha causado en toda Italia, tanto que este pasado lunes salió a la luz, la noticia de que el Vaticano reabrirá una investigación para determinar con exactitud que ocurrió.
Según la agencia de noticias Adnkronos, el fiscal del Vaticano, Alessandro Diddi, dijo que "todos los archivos, documentos, informes, información y testimonios" relacionados con el caso serán reevaluados, con el objetivo de esclarecer los hechos. Durante toda la investigación en años atrás, la desaparición de la joven se ha vinculado con la mafia italiana, incluso con posibles escándalos sexuales en el Vaticano. “Siempre sentimos que estábamos en el lugar más seguro del mundo”, declaró el hermano Pietro Orlandi a The Guardian.
Una fiel amante de la música
Emanuela era la cuarta hija de un matrimonio formado por Ercole Orlandi y Maria Pezzano, quiénes vivían dentro de las murallas del Vaticano, debido a que Ercole trabajaba como funcionario del Palacio Apostólico. Emanuela tenía cuatro hermanos más, Natalina, Pietro, Federica y Cristina, quiénes relatan que vivir en el Vaticano era como “vivir en un pueblo pequeño, con la diferencia de que a las 9 de las noche cerraban las puertas”. Emanuela era fan de la música y esa afición fue la que la llevó a aprender a tocar el piano, la flauta e incluso cantar en un coro.
Ese 22 de junio de 1983, Emanuela se preparaba para lección de flauta que tomaba en la Escuela Tommaso Ludovico Da Victoria y le pidió a su hermano Pietro que la acompañara, a lo que le respondió que no podía porque tenía que hacer otras cosas. “La última vez que nos vimos en realidad no fue un recuerdo muy agradable”, señaló Pietro. “Tuvimos una pelea, porque ella tenía esa lección de música. Hacía mucho calor y me negué a ir con ella porque tenía algo más. Así que cerró la puerta y se fue, ese es el recuerdo final que tengo”, dice. “A menudo he pensado, ¿y si realmente hubiera ido con ella?”, indicó en una entrevista a The Guardian.
La familia se percata de su desaparición
Aquel día, 22 de junio de 1983, la joven no regresó a casa. El clima de preocupación fue en aumento en la familia Orlandi, quiénes se decidieron a iniciar la búsqueda a las 9 de la noche. La única pista que tenía la familia era una llamada que había hecho Emanuela a la casa donde avisaba que alguien se le había acercado en un vehículo. “Nos contó que se le había acercado alguien para ofrecerle vender productos Avon”, recuerda su hermana Federica. Sin embargo, nunca volvieron a ver a su hermana y ya han pasado 39 años desde su desaparición.
En el año 2019, la familia recibió una carta anónima indicando que el cuerpo de Emanuela se encontraba en la tumba del Ángel, donde se encontraban los restos mortales de la aristócrata alemana Sofía von Hohenlohe, dentro del cementerio teutónico del Vaticano. Ante la duda, el Vaticano ordenó la exhumación, sin embargo, una vez abrieron la tumba, no estaba el cuerpo de Emanuela, ni tampoco los restos de la aristócrata. Ahora bien, tras varios años de incertidumbre y dejadez, el Papa Francisco delegó antes de su fallecimiento, la investigación de la joven al fiscal Diddi, con el fin de descubrir qué es lo que ocurrió.
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