Ni el horno ni la nevera: el mayor ‘ladrón’ de electricidad de la cocina consume tres veces más que el frigorífico
Se usa para cocinar, aunque algunos hogares no lo tienen: esta tendencia de las cocinas es el mayor consumidor de energía.
Siempre se suele pensar en el horno o en el frigorífico cuando se aborda la pregunta de cuál es el electrodoméstico que consume más electricidad. Con el reciente e histórico apagón que se vivió en la Península Ibérica hace apenas unas semanas, es más común plantear esta cuestión. Sin embargo, según algunos medios europeos, como el danés Nyheder24, quien ha elaborado un informe específico sobre este asunto, esto no es más que un estereotipo. El verdadero devorador de energía en la cocina no es otro que la aparentemente eficiente placa de inducción.
Aunque suele venderse como una opción moderna y sostenible, la realidad es que este electrodoméstico consume una media de 748 kilovatios hora (kWh) al año, lo que equivale a casi tres veces el consumo de un frigorífico convencional, que ronda los 270 kWh. Incluso supera al horno eléctrico, cuyo gasto anual medio se sitúa en 496 kWh, según el mismo informe.
Una eficiencia para calentar que sale cara
La paradoja energética de las placas de inducción radica en su mayor virtud: la velocidad. Al alcanzar altas temperaturas en cuestión de segundos, requieren una potencia considerable. Este detalle, que muchos pasan por alto al cocinar a diario, puede tener un impacto importante en la factura eléctrica, especialmente si se abusa del uso o se emplean sin conciencia de consumo.
“Muchas personas no tienen en cuenta estos datos a la hora de elegir un electrodoméstico o de cocinar, y eso termina reflejándose en el gasto mensual de electricidad”, advierte Nyheder24 en su análisis. Aunque, más allá del tipo de aparato, los hábitos marcan la diferencia. Bajar el fuego cuando solo se desea mantener caliente la comida, usar hornillos más pequeños o no abrir innecesariamente la puerta del frigorífico pueden parecer acciones insignificantes, pero contribuyen notablemente a reducir el consumo energético.
Además, según el medio citado, elegir electrodomésticos con una etiqueta de eficiencia energética A+++, aunque supongan una mayor inversión inicial, puede conllevar un ahorro considerable a medio plazo. Optar por el microondas o una olla a presión puede ser más eficiente para ciertos platos, tanto en tiempo como en electricidad.
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