Le envían un ‘whatsapp’ tras 18 años en la empresa y acaba despedida: la Justicia toma cartas en el asunto y lo declara nulo
El despido que no fue: Tribunal ratifica la suspensión de contrato tras un largo proceso de incapacidad.

Un juzgado de Vigo ha determinado que el despido de una vigilante de seguridad que llevaba 18 años en una conocida empresa de seguridad privada no se realizó de manera válida. La trabajadora, que estuvo de baja por incapacidad temporal y enfermedad desde 2019, solicitó la nulidad del despido tras recibir un mensaje de WhatsApp que le comunicaba la “extinción” de su relación laboral.
La empleada llevaba años fuera de alta en la Seguridad Social debido a su incapacidad. Tras más de un año en baja médica, la empresa decidió darle de baja en los seguros sociales en el verano de 2023, tras el agotamiento del plazo para la incapacidad temporal. La compañía le envió un finiquito que indicaba el “cese de servicio”, lo que fue interpretado por la trabajadora como un despido. Sin embargo, días después, una administrativa de la empresa se comunicó con la trabajadora a través de WhatsApp, aclarando que en realidad no se trataba de un despido, sino de una “suspensión del contrato de trabajo”.
No existió un despido
La vigilante, con 18 años de antigüedad, argumentó que la falta de una notificación formal de despido equivalía a un despido tácito y pidió que se anulara el proceso, alegando que la empresa no había seguido los procedimientos correctos para su despido. No obstante, tanto el Juzgado de lo Social número 5 de Vigo como la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), dictaron que no existió un despido. Los tribunales concluyeron que el mensaje de WhatsApp y el posterior finiquito emitido por la empresa señalaban una suspensión temporal del contrato, no un despido definitivo.
El caso pone de manifiesto la importancia de las formas y procedimientos adecuados en las comunicaciones laborales. Aunque la empresa aclaró la situación mediante WhatsApp, el uso de este medio de comunicación para abordar temas tan importantes como la suspensión de un contrato genera incertidumbre y pone en evidencia la falta de formalidad en algunos procesos internos. Esto también resalta la necesidad de que las empresas utilicen canales oficiales y procedimientos legales para manejar situaciones de este tipo, evitando malentendidos que puedan generar conflictos legales.
Aunque el fallo judicial desestimó la anulación del despido y confirmó que no hubo despido, la trabajadora aún se enfrenta a las consecuencias de su situación laboral. Este caso subraya cómo una aparente simple omisión en los procedimientos legales puede causar confusión y llevar a una disputa laboral que podría haberse evitado.
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