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Las personas que crecen con poco dinero desarrollan estas 9 fortalezas según la psicología

Nacer en una familia que lucha por salir a flote cada mes puede provocar factores psicológicos favorables en el futuro.

Las personas que crecen con poco dinero desarrollan estas 9 fortalezas según la psicología
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Marta Tejedor
Actualizado a

No todo el mundo tiene la suerte de ganar un buen sueldo y poder permitirse una vida llena de caprichos y sin preocupaciones. Aquellos que crecieron con pocos recursos tienen una vida marcada por una preocupación constante por ahorrar lo suficiente y llegar a fin de mes.

La parte de la gestión del dinero en estas familias suele llevarlas las figuras paternas. No obstante, la crianza que reciben los niños en estas familias está influenciada por las preocupaciones de sus padres, desarrollando ciertas fortalezas que luego les servirán en el futuro.

Valorar el trabajo duro

Quizás la frase “si quieres algo, lucha por ello” es uno de los mejores ejemplos para describir una de las fortalezas que desarrollan los niños que se han criado en una familia con bajos recursos económicos.

Desde pequeños, estos niños han aprendido de sus padres que si uno quiere algo tiene que trabajar y esforzarse para conseguirlo, nada viene regalado. El resultado al final son personas que se enfrentan a desafíos y no dudan en esforzarse para supéralos.

Mayor ingenio

Romper un objeto y no tener dinero para comprar uno nuevo puede llevar a una persona a desarrollar su ingenio para arreglarlo. Se trata de una fortaleza que va germinando con los años.

Este tipo de personas son muy buenas resolviendo problemas con soluciones ingeniosas y creativas. Resulta una fortaleza muy útil tanto en la vida profesional de alguien como en el ámbito personal.

Una mejor gestión de dinero

Cuando no se tiene dinero suficiente para poder comprar lo que uno quiere y necesita, las personas aprenden a ahorrar y gestionar de manera eficaz el dinero que tienen. Se trata de una cualidad muy útil en el futuro, cuando los niños aprenden de las decisiones que toman sus padres y se convierten en adultos.

En este caso, las personas que han vivido en este tipo de situación toman mejores decisiones financieras, aseguran un futuro financiero más seguro y tienen menos deudas.

Desarrollo de la empatía

Los problemas que puede experimentar una persona desde pequeño ayudan a comprender mejor la situación y las emociones de los demás. Son personas comprensivas y dispuestas a ayudar.

Su comportamiento es más amable con quienes ven que lo necesitan y crean conexiones más profundas con las personas de su entorno.

Resistencia

Los problemas constantes pueden llevar a alguien aprender desde pequeño a no rendirse a la primera y a tener mayor resiliencia ante las adversidades. No se trata de levantarse una y otra vez, sino aprender de cada error y adaptarse con mayor facilidad a nuevas circunstancias.

Apreciar la sencillez

Al no contar con el dinero suficiente para satisfacer todos sus caprichos desde pequeños, este tipo de personas suelen apreciar las cosas simples de la vida. La buena compañía, la comida casera, una conversación sincera son cosas que no todo el mundo valora y por ello es una de las fortalezas más raras y hermosas que el ser humano puede tener.

Determinación por triunfar

Nacer con pocos recursos es algo que nadie quiere. Los niños criados en este entorno prefieren buscar un estilo de vida diferente al de sus padres para poder satisfacer a su niño interno de todo aquello que no pudo tener en la infancia. Para ello, el triunfo en ámbitos como el profesional es crucial y es algo buscado con determinación por este tipo de personas.

Adaptación

La decepción porque algo no haya salido como uno esperaba es una sensación frecuente en este tipo de personas. Tener planes o deseos de tener algo y que luego no pueda darse es algo permite a los niños a adaptarse en nuevas situaciones. Así, en un futuro, podrán tener una mejor adaptación que el resto.

Modestia

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El sentimiento de inferioridad muchas veces va ligado al capital de una familia. La modestia es una característica que desarrollan los niños en este tipo de situaciones, ayudando a desarrollar sus sentimientos de respeto por los demás, fomentar un sentido de comunidad y apreciar las contribuciones.

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