La ‘torre de Pisa’ de Nueva York: abandonan un rascacielos de 200 metros torcido en pleno Manhattan
La empresa encargada ordenó construir los cimientos con una técnica diferente a la de otros rascacielos de Nueva York.

“Los bordes de la losa en el lado norte del edificio están desalineados hasta 8 pulgadas”. La torre 1 Seaport, ubicada en una de las orillas de Manhattan (Nueva York), estaba ligeramente inclinada cuando la construcción ya superaba los 200 metros de altura y el promotor pronunció esa frase. El megaproyecto de la empresa Fortis Property Group comenzaba a escorarse, hasta el momento, al lado del fracaso.
1 Seaport es un esquelético rascacielos neoyorquino que se erigió con el objetivo de convertirse en el primer gran edificio hecho completamente de vidrio de Manhattan. Su uso sería residencial y ofrecería sesenta pisos de lujo en el borde del distrito financiero. Se habían vendido decenas de sus viviendas hasta que todo, y la torre, comenzó a torcerse.
Según explica New Yorker, el terreno ideal para construir un rascacielos es un lecho de roca fuerte y plano que esté más o menos cerca de la superficie, a unos 15 metros. Muchos de los rascacielos de Manhattan se edificaron sobre un suelo con esas características, pero Maiden Laine, el terreno del 1 Seaport, no es así. La zona fue diseñada por los holandeses en el siglo XVII, que utilizaron “arena, piedras, basura, lo que tuvieran a mano”, según el medio citado, para extender la superficie de Manhattan. Ante esta idea, las autoridades comenzaron a vender parcelas sumergidas bajo el río Hudson para que los promotores pudieran ‘rellenarlas’ con los materiales deseados y crear un nuevo suelo neoyorquino. Pues eso es Maiden Lane, el terreno donde se edificó 1 Seaport.

Volvemos a la actualidad y Fortis contrata a consultores geotécnicos para que estudiasen el terreno donde se construiría 1 Seaport. Encontraron, en este orden, “siete metros de relleno de la era colonial, compuesto de grava, limo, hormigón, acero, ladrillos y trozos de viejos naufragios y muelles”. Debajo de esto, “un antiguo pantano desmoronado”. Debajo de eso, “depósitos arenosos dejados por glaciares hace miles de años y una capa de roca descompuesta”. Finalmente, el lecho de roca, tan útil para construir un rascacielos, estaba a unos 50 metros de la superficie.
Sin embargo, se puede construir un rascacielos en un terreno con esas condiciones. Los altos edificios de Nueva York se han levantado desde finales del siglo XIX con pilotes de cimentación, que se instalan mediante la perforación del suelo con pilones de acero, hasta que estos alcanzan el lecho rocoso. Sin embargo, “por razones que siguen siendo objeto de múltiples litigios civiles superpuestos y complejos”, Fortis decidió utilizar otra técnica llamada ‘mejora del suelo’, que inyecta hormigón en el suelo para reforzarlo. Este proceso les permitió ahorrar unos seis millones de dólares, a pesar de que el consultor de ingeniería Robert Alperstein advirtiese de que el método provocaría “asentamientos diferenciales”, es decir, que la torre podría inclinarse. El resto de edificios cercanos, según Alperstein, estaban anclados al suelo con pilotes de acero.
Sin embargo, en lugar de detener la construcción, se ordenó que prosiguiera, y para compensar la inclinación, se hicieron pisos más altos fuera de alineación, es decir, en la dirección opuesta. “Lo que ocurrió fue que, mientras se construía el edificio, las partes intentaron tirar de él hacia atrás y, en cierto modo, hizo contrapeso”, explicó un abogado de la empresa de construcción, Pizzarotti. Finalmente, las obras se detuvieron en julio de 2020. Ahora, el edificio está bajo la custodia de Richard Cohn, un empresario inmobiliario que se dedica a gestionar propiedades abandonadas de Nueva York.
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