La presa construida por orden de Franco donde va a parar todo el agua del Manzanares tras su paso por Madrid
El río Manzanares, que atraviesa Madrid, desemboca en el río Jarama tras pasar por la Presa de El Pardo.

El río Manzanares, conocido por su recorrido a través de la ciudad de Madrid, es un elemento esencial del paisaje urbano y natural de la capital española. Sin embargo, muchos se preguntan cuál es el destino final de sus aguas.

Origen y recorrido del río Manzanares
El río Manzanares nace en la Sierra de Guadarrama, específicamente en el Ventisquero de la Condesa, una zona situada a 2,190 metros de altitud en la vertiente sur de la Cuerda Larga. Desde su nacimiento, el río fluye hacia el sur, atravesando diversos municipios antes de llegar a la ciudad de Madrid. A lo largo de su recorrido, el Manzanares pasa por parajes naturales de gran belleza, como La Pedriza, un área de formaciones graníticas que ha sido declarada Reserva de la Biosfera.
En su trayecto por la Comunidad de Madrid, el río Manzanares atraviesa zonas de alto valor ecológico, como el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y el Parque Regional del Sureste. Estos espacios protegidos albergan una rica biodiversidad y son fundamentales para la conservación de especies autóctonas y la protección de los ecosistemas fluviales.
La presa de El Pardo
Uno de los puntos clave en el recorrido del río Manzanares es la presa de El Pardo, ubicada en el Monte de El Pardo, al norte de Madrid. Esta presa, construida en 1970, tiene una capacidad de almacenamiento de 14 millones de metros cúbicos y juega un papel crucial en la regulación del caudal del río. La presa de El Pardo es fundamental para la gestión del agua en la región, especialmente durante períodos de lluvias intensas y deshielo en la Sierra de Guadarrama.
El desembalse de la presa de El Pardo es una medida necesaria para evitar inundaciones en las zonas urbanas y rurales cercanas. Durante episodios de fuertes lluvias, como el reciente temporal que ha afectado a Madrid, la Confederación Hidrográfica del Tajo ha aumentado el caudal del desembalse para controlar el nivel del río y prevenir desbordamientos. Este proceso es monitoreado de cerca por las autoridades y los servicios de emergencia para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Desembocadura y destino final
El destino final del río Manzanares es el río Jarama, en el término municipal de Rivas-Vaciamadrid. El Jarama, a su vez, es un afluente del río Tajo, el río más largo de la península ibérica. De esta manera, las aguas del Manzanares contribuyen al sistema fluvial de la cuenca del Tajo, que desemboca en el océano Atlántico a través del estuario del Tajo en Lisboa, Portugal.
Una vez que el Manzanares se une al Jarama, sus aguas continúan su viaje hacia el embalse de Alcántara, uno de los mayores embalses de Europa. Este embalse, situado en la provincia de Cáceres, Extremadura, es un punto crucial para el almacenamiento y la gestión del agua en la cuenca del Tajo. La confluencia del Manzanares y el Jarama es un punto de gran importancia ecológica, ya que permite la conexión de diferentes ecosistemas y facilita el flujo de nutrientes y sedimentos.
Importancia ecológica y cultural
El río Manzanares no solo es relevante desde el punto de vista ecológico, sino que también tiene un profundo significado cultural e histórico para la ciudad de Madrid. A lo largo de los siglos, el Manzanares ha sido testigo del desarrollo urbano y social de la capital española. Desde la época medieval, cuando el río servía como fuente de agua y medio de transporte, hasta la actualidad, el Manzanares ha estado intrínsecamente ligado a la vida de los madrileños.
En los últimos años, se han llevado a cabo importantes proyectos de restauración y revitalización del río, con el objetivo de mejorar su calidad ambiental y promover su uso recreativo. Uno de los proyectos más destacados es Madrid Río, una iniciativa que ha transformado las riberas del Manzanares en un extenso parque urbano con áreas verdes, zonas deportivas y espacios culturales. Este proyecto ha permitido recuperar el valor paisajístico y ecológico del río, convirtiéndolo en un lugar de encuentro y disfrute para los ciudadanos.
En conclusión, el río Manzanares es un elemento vital del paisaje natural y cultural de Madrid. Desde su nacimiento en la Sierra de Guadarrama hasta su desembocadura en el río Jarama y su contribución al embalse de Alcántara, el Manzanares recorre una ruta llena de belleza y biodiversidad. Su importancia ecológica y su conexión con la historia y la vida cotidiana de Madrid lo convierten en un símbolo de la ciudad y en un recurso invaluable para las generaciones presentes y futuras.
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