La estafa del ‘prefijo español’ que está causando estragos en Italia: el riesgo es perder los datos bancarios
Esa supuesta llamada desde España ofreciendo trabajo y que deriva a una conversación de WhatsApp se conoce como estafa de área.

La trampa es perfecta, y miles de italianos están cayendo en ella. Recibes en tu teléfono una llamada de un teléfono que empieza por +34 ó 0034, el prefijo que pertenece a España. Si contestas, y accedes a lo que te piden, caes en las estafas de área.
Una vez que contestas, aunque el inicio parece una llamada desde el extranjero, aparece un mensaje grabado en italiano, por lo que las personas se confían, y acceden a continuar con la conversación en la aplicación de mensajería WhatsApp.
Este método sigue diferentes caminos, ya se ha probado con llamadas desde Francia y con llamadas desde Países Bajos. Y el camino para conseguir los datos es como una aventura interactiva de elige opción. Te irán llegando mensajes y vas dando ‘like’.
Te pueden pedir que veas un vídeo en YouTube y des ‘me gusta’. Te pueden pedir que hagamos una captura de pantalla y la envíes a la conversación.
Y será entonces, una vez completado ese paso, cuando te solicitarán los datos bancarios para realizar de inmediato una transferencia. Es una manera de captarte y enviarte dinero, aunque sean pocos euros por un ‘simple me gusta’, pero nunca es un ‘simple me gusta’.
Spoofing, el delito que simula una entidad reconocida
Esta técnica de estafa se conoce como spoofing, un tipo de ciberataque en el que un atacante se hace pasar por una fuente fiable para engañar a las víctimas y obtener acceso a información sensible o recursos. Este ataque puede ocurrir a través de varios medios, como correos electrónicos, llamadas telefónicas, mensajes de texto, direcciones IP y sitios web.
Esta estafa puede aparecer como una aparente conversación de WhatsApp, o a través de correos electrónicos que parecen venir de una fuente legítima para robar información personal o instalar malware; los estafadores falsifican números de teléfono para que parezcan de instituciones confiables, como bancos, empresas de trabajo (como este caso).
También pueden simular correo electrónico, pero a través de mensajes de texto (conocido como la estafa smishing); incluso se falsifican direcciones IP para ocultar su identidad o redirigir el tráfico a sitios maliciosos, y se llegan a crear sitios web falsos que imitan a los legítimos para robar datos de inicio de sesión o información financiera.
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