Estos son los países más seguros de Europa en caso de un conflicto nuclear
Ningún estado sería completamente inmune a los efectos de la explosión, ya que podría cruzar las fronteras en cuestión de horas.
¿Se puede sobrevivir a un ataque nuclear? Y si sobrevives, ¿qué vida hay después? Todo depende de dónde se lanzara el ataque nuclear, dónde vivas, y los efectos posteriores, si llega la radiación, qué pasa con los alimentos, cultivos, el agua... Y es que las consecuencias para la salud de un escenario así serían dramáticas.
La radiación inicial causaría un síndrome de radiación aguda en las personas cercanas a los sitios afectados, con síntomas como náuseas, vómitos y, en los casos más graves, la muerte en cuestión de días. No habría alimentos libres de radiación, si es que hubiera un lugar al que volver.
Los países de Europa central y oriental, como Alemania, Polonia e Italia, serían los más expuestos debido a su ubicación estratégica, mientras que las naciones periféricas como Portugal e Irlanda gozarían de una relativa protección. Incluso España, por su ubicación al sur de Europa, podrían quedar fuera de un posible conflicto nuclear.
Aunque todo depende de quién lo lance y contra quién. Si fuera contra la OTAN, casi todo el continente, incluso los neutrales Suecia, Finlandia, Noruega... estarían ya de lleno en el conflicto. Si fuera contra un zona económica concreta, o se quisiera colapsar el continente, Alemania o Francia serían los puntos más afectados.
Si el origen fuera desde Oriente Medio, la zona del Mediterráneo sería lo más afectado. Si el origen fuera desde Rusia, los países regionales, como los bálticos, serían los primeros que recibirían el ataque y las consecuencias, con el doble efecto de que les acabara afectando a ellos también.
Dónde caiga afectaría de maneras muy diferentes. Una ojiva generaría una onda expansiva destructiva en un radio de 1 a 2 kilómetros, incendios a gran escala y radiación gamma capaz de causar síndrome de radiación aguda en zonas cercanas.
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Pero los mayores problemas llegarían de la lluvia radiactiva, con partículas transportadas por el viento que contaminarían el suelo, el agua y el aire a cientos de kilómetros de distancia, por lo que las fronteras no servirían de nada.
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