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Este es el extravagante motivo por el que en Francia se debate prohibir clases de Pilates a los hombres

Que haya espacios seguros para practicar determinadas disciplinas atrae a cada vez más mujeres que no quieren hombres en sus clases.

Este es el extravagante motivo por el que en Francia se debate prohibir clases de Pilates a los hombres
Laura Martin Sanjuan
Cosecha del 81. Licenciada en Periodismo. Desde 2017 en Diario AS. Si hay un directo, estará tecleando. Sino, estará buscando una entrevista, un destino por descubrir o un personaje al que conocer.
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El Pilates fue inventado por un hombre y para hombres. Joseph Pilates, alemán, quien inventó la disciplina durante la Primera Guerra Mundial tras estar en una prisión en un campo de internamiento, y fue allí donde desarrolló las bases del método Pilates, adaptando al espacio limitado de su celda y enseñando sus ejercicios a otros internos.

Una disciplina deportiva que se basa en estiramientos, en flexibilidad, y que ha ido ganando adeptos a medida que pasan los años y cada vez es más practicado por su nulo impacto en articulaciones y sus potentes beneficios para la salud, especialmente para personas que nunca han practicado este deporte y que por lesiones o edad, necesitan otro ritmo de ejercicio.

Las francesas están quejándose de la desaparición de sus espacios seguros con la llegada de hombres a sus clases, algo que a algunas les llega a incomodar, pero en cambio los monitores y centros de ejercicio están encantados de sumar adeptos a sus clases.

Las mujeres que se han quejado en Francia afirman que estar sólo entre mujeres hace que no se preocupen tanto por competir quién lo hace mejor, sino hacerlo. Por vestirse como quieran, sin preocuparles que las miren. Por hacerlo en un espacio de paz, como afirman ellas.

Los hombres, en cambio, se están incorporando a una disciplina que para muchos es desconocida, y que también les aleja de estereotipos de género, de rendimiento y de competitividad, buscando de la misma manera hacer ejercicio sin la presión de una actividad tradicional asociada a lo ‘masculino’.

“Las mujeres tienen una historia en el deporte marcada por dificultades y traumas. Como adultas, finalmente han encontrado una práctica que les conviene, así que lo que puede suceder es que hoy quieran quedarse entre ellas para mantener este espacio donde se sienten bien sin ser juzgadas, miradas y sexualizadas”, explica Marine Romezin, una experta en cuestiones de igualdad en el deporte.

Según ha publicado el Injep (Instituto Nacional de Educación Juvenil y Popular) en Francia, en 2022, el 59% de las mujeres practicaban regularmente una actividad deportiva (una vez a la semana) frente al 62% de los hombres. El instituto señala que las brechas se están reduciendo entre hombres y mujeres, tanto en términos de práctica ocasional como regular.

Beneficios del pilates

Para las mujeres, la estructura ósea y muscular femenina implica una práctica del Pilates que puede centrarse más en aspectos como la flexibilidad, la estabilidad pélvica y la preparación para el parto o recuperación postparto. La musculatura estabilizadora, especialmente el transverso del abdomen, y el suelo pélvico son áreas de enfoque para prevenir problemas como prolapsos de vejiga. Además, las mujeres suelen tener una mayor elasticidad muscular debido a factores hormonales, lo que puede facilitar ciertos ejercicios de Pilates.

Para los hombres, el Pilates puede ser un complemento excelente para otros deportes o entrenamientos, ayudando a equilibrar la musculatura, mejorar la flexibilidad (especialmente en músculos que tienden a estar acortados debido a entrenamientos de fuerza) y prevenir lesiones. La musculatura masculina, particularmente en la cintura escapular y en la fuerza bruta, tiende a requerir un enfoque más en estabilidad, flexibilidad y control de la respiración para sacar el máximo provecho del método.

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Ambos géneros pueden beneficiarse de la mejora en flexibilidad, fuerza del core, y corrección de la postura. El Pilates también se asocia con la reducción del estrés y mejora de la concentración, beneficios que no discriminan por género. Las clases de Pilates pueden necesitar adaptaciones para satisfacer las necesidades específicas de cada género. Por ejemplo, ejercicios que trabajen más la cintura escapular para hombres o el suelo pélvico para mujeres.

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