Estas fueron las últimas palabras y la última misa del papa Francisco antes de su fallecimiento
El papa Francisco apareció ayer en la Plaza de San Pedro del Vaticano para dar la Bendición Urbi et Orbi.


Este lunes 21 de abril ha fallecido el papa Francisco a causa de los problemas derivados de la neumonía bilateral que se le diagnosticó el pasado 14 de febrero y que le hizo pasar varios días ingresado en el Hospital Gemelli de Roma. Ayer, domingo 20 de abril, hizo su última aparición pública desde el balcón del Vaticano para dar la Bendición Urbi et Orbi en la Misa de Pascua.
Sus últimas palabras
Se le pudo ver en silla de ruedas, con un aspecto desmejorado y delegando la lectura de su discurso a causa de sus problemas respiratorios. A pesar de su estado de salud, quiso estar presente e incluso recorrió la Plaza de San Pedro en el papamóvil, desde el que saludó a los miles de peregrinos que estaban presentes en la Santa Sede.

Durante su aparición, el papa Francisco apenas pudo pronunciar unas pocas palabras antes de dar paso al maestro de ceremonia para que leyese su mensaje: “queridos hermanos y hermanas, feliz Pascua. El maestro de la ceremonia os leerá el mensaje”. A partir de ahí y con el papa presente, un colaborador procedió a la lectura.
Un llamamiento a la paz
El tema central de la bendición fue la libertad religiosa y la paz en el mundo. “La paz no es posible sin libertad religiosa, de pensamiento, de expresión” fue una de las frases más destacadas de su discurso. También reclamó el alto al fuego en la franja de Gaza, “donde el terrible conflicto sigue llevando muerte y destrucción, y provocando una dramática e indigna crisis humanitaria”. “Que cese el fuego, que se liberen los rehenes y se preste ayuda a la gente que tiene hambre”, sentenció su mensaje.
También mostró su preocupación por el creciente clima de antisemitismo que se está difundiendo por todo el mundo, y criticó especialmente los ataques a colegios y hospitales pidiendo “que nunca se debilite el principio de humanidad como eje de nuestro actuar cotidiano”. Por último, se acordó de otras guerras como la de Ucrania, el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán o la situación en regiones africanas como República Democrática del Congo y Sudán.
Pidió el desarme global
Otro de los puntos clave de su bendición fue la carrera armamentística en el mundo. Comentó que la paz no es posible sin un verdadero desarme y que aunque cada pueblo tiene que proveer a su propia defensa esta situación no puede transformarse en una carrera general al rearme.
Además, instó a quienes tienen responsabilidades políticas a no “ceder a la lógica del miedo que aísla, sino a usar los recursos disponibles para ayudar a los necesitados”. Tras la lectura, que duró algo menos de 20 minutos, el papa Francisco volvió a saludar antes de retirarse.
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