Envían un dron a las profundidades del gran agujero en el mar: lo que encontraron allí les heló la sangre

Frente a las costas de Belice, en el mar Caribe, existe una formación fascinante y bien conocida por cualquier aficionado a la fotografía de la naturaleza. Se trata del Gran Agujero Azul, hoyo en mitad del mar, perfectamente circular, que contiene todo el misterio que un explorador puede imaginar: es oscuro, más o menos inexplorado y su estética empuja a entrar en él.

Fue descubierto por el famoso buceador Jacques Cousteau, y desde entonces, varias personas han navegado por encima de él, y algunas se han sumergido para ver qué hay dentro, tras la azul oscuridad.

Uno de ellos fue el creador de contenido Will Mitchell, quien llevaba tiempo tras la pista del Gran Agujero Azul y quería adentrarse en él. Así, Mitchell incorporó una cámara GoPro a un dron y decidió mapear las profundidades del agujero. Y ocurrió lo que normalmente ocurre en lugares tan profundos del océano.

Al comienzo de la ‘inmersión’, la cámara grabó un mundo marino increíble, lleno de vida y de especies. Sin embargo, cuando el dron empezó a sumergirse más, y al llegar a los 90 metros de profundidad, la cámara solo captó un paisaje oscuro, sin apenas vida marina, fruto de la poca luz solar que el lugar recibe.

Durante la inmersión ocurrió unas cuantas anécdotas curiosas, especialmente la que protagonizó un tiburón que, al ver el dron, decidió atacarlo. El dispositivo corrió el riesgo de ser destruido, pero el tiburón finalmente perdió el interés y se marchó nadando.

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