Empleados usaron el truco del ‘bloqueo de teclas’ para fingir trabajar en casa: ahora, toda la empresa paga las consecuencias

La Policía de Reino Unido ha destapado recientemente un curioso, a la vez que bochornoso, caso de “pereza laboral” entre varios de sus agentes. Según desvelaron una serie de investigaciones, un grupo de empleados usó el denominado “key jamming” o “bloqueo de teclas” para simular actividad en sus ordenadores mientras trabajaban desde casa, y esto terminó generando muchos problemas en comisaría y de cara a los ciudadanos.

El método utilizado por las autoridades consistía en colocar un objeto sobre una tecla para que el sistema registrara pulsaciones continuas, dando la impresión de que el empleado estaba tecleando todo el rato. Lamentablemente para ellos, su truco quedó al descubierto gracias a un programa de registro de actividad que la Policía había instalado en los ordenadores para asegurar que solo se usasen para ámbitos laborales, el cual detectó un rendimiento anómalo en los equipos de varios gendarmes.

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El departamento de Greater Manchester se ha quedado sin teletrabajo

Entre los casos documentados, el más alarmante es el de Niall Thubron, un detective del cuerpo de Durham que llegó a presionar la tecla “I” más de 16.000 veces en un solo día. Las autoridades determinaron que, durante los 12 días que estuvo falseando su actividad, este agente solo trabajó efectivamente la mitad de su horario. Thubron presentó su renuncia antes de que fuese sancionado, pero aún así, fue incluido en la lista de personas vetadas para futuros empleos en gendarmerías de Reino Unido. No volverá a ejercer en el cuerpo.

También cabe señalar el caso del departamento de Greater Manchester, en el que hasta 26 agentes presentaron “comportamientos anómalos en el teclado”. A raíz de esto, la Policía tomó la tajante decisión de retirar el permiso de teletrabajo a todo el personal, aunque eso perjudicase a los agentes que sí cumplieron con sus funciones. Lógicamente, este escándalo ha puesto en entredicho la credibilidad de la Policía británica y la confianza de los civiles en su eficiencia. Por eso mismo el subcomisario Terry Woods aseguró que se tomarán medidas contundentes para limpiar la reputación de las autoridades. Sin embargo, el daño ya está hecho, y es muy serio.

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