Corea del Norte crea su gran resort: tendrá más de 10.000 habitaciones
Una década después de ser anunciado, está a punto de abrir sus puertas en el mes de junio. El problema, la llegada del turismo.


Corea del Norte, uno de los países más cerrados del mundo, está a punto de terminar su gran obra destinada al turismo. Paradójico, cuanto menos, ya que es uno de los territorios para los que es más difícil de conseguir un visado, según Travel and Tour World.
Esto hace que resulte curioso la construcción de un resort que podrá alcanzar las 20.000 habitaciones. El objetivo es convertir Wonsan-Kalma, en la costa este del país, en uno de los grandes complejos vacacionales del mundo. Su capacidad estimada va desde las 7.000 habitaciones hasta las 20.000, según Business Insider.
Anunciado hace más de una década (en 2014), este resort es uno de los grandes proyectos turísticos impulsados por el líder norcoreano, Kim Jong-un. Las sanciones internacionales y la pandemia mundial de la COVID retrasaron el final de su construcción, pero ahora está casi listo para abrir sus puertas en junio... a los turistas que puedan entrar al país.

El problema del turismo
Más allá de ver este enorme enclave como una fuente de ingresos procedente del extranjero, también es algo más: una auténtica demostración de poderío por parte de Kim Jong-un. “Esto es mucho más grande que cualquier otra cosa que Kim haya hecho”, explica al citado medio Bruce W. Bennett, experto en asuntos norcoreanos de la corporación RAND.
Sin embargo, el gran problema al que se enfrenta el país asiático es la afluencia de turistas. Porque, si bien recientemente abrieron las fronteras para la entrada de un reducido número de personas, el acceso al país no es nada fácil. La idea, en sus orígenes, era atraer a los vecinos de Corea del Sur. Pero en vistas de la tensión entre ambos países, se antoja complicado en la actualidad. Otros potenciales visitantes son los ciudadanos rusos, con agencias que ha comenzado a ofertar paquetes turísticos. Sin embargo, la oferta vacacional parece no ser suficiente.
Vista la situación, el experto cree posible una tercera vía: que sea empleado como mecanismo de recompensa por parte de las empresas. Un incentivo para los trabajadores que tengan un buen desempeño. Y, en caso de que haya una importante llegada de turistas extranjeros, Bennett considera que no se ‘mezclarán’ con los habitantes locales. “Kim tiene un miedo atroz a que la información del exterior llegue a su pueblo. Estarás en una especie de burbuja”, explica el experto.
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