Adiós a la nacionalidad vaticana: este es el motivo por el que nadie nace siendo ciudadano del Vaticano
En la Ciudad del Vaticano la nacionalidad se obtiene en función de aspectos como el trabajo o la descendencia.


Por su historia, su ubicación, su arquitectura y su importancia religiosa, el Vaticano es uno de los lugares más especiales del planeta. Hay decenas de curiosidades que rodean a este país y que son de sobra conocidas, como que es el estado más pequeño del mundo, pero también existen algunas peculiaridades que suelen pasarse por alto.
Un buen ejemplo está relacionado con la nacionalidad vaticana, pues apenas más de 600 personas tienen la ciudadanía. Y es que nacer en la Ciudad del Vaticano es tremendamente complicado porque al ser tan pequeño no tiene hospitales ni salas de parto, pero es que además la nacionalidad no se obtiene directamente al nacer dentro de sus fronteras.
Nadie nace siendo del Vaticano
Al contrario de lo que pasa en la gran mayoría de países del mundo, la nacionalidad vaticana se obtiene por concesión y no por nacimiento. Es decir, nacer dentro de la Ciudad del Vaticano no te convierte en ciudadano de esta región, sino que el propio Vaticano debe conceder esa condición a las personas que quieran obtener los derechos políticos y sociales.
Normalmente se otorga la nacionalidad a las personas que tienen relación directa con la Santa Sede, la mayoría a través de su trabajo. Por esa razón, un buen porcentaje de las personas que tienen nacionalidad vaticana son los cardenales, la Guardia Suiza o funcionarios del Estado que trabajan en la Santa Sede. También sus cónyuges o familiares directos pueden obtener la ciudadanía.
En definitiva, para conseguir ser ciudadano del Vaticano se debe presentar una solicitud formal que es evaluada en función de unos requisitos que generalmente son el lugar de residencia, el empleo y los vínculos de sangre. Otra de sus peculiaridades es que no es vitalicia, lo que quiere decir que si alguien ha conseguido la nacionalidad vaticana por trabajar en la Santa Sede, y pasado un tiempo pierde su empleo, pierde también su nacionalidad.
Qué pasa si alguien nace en el Vaticano
Aunque la Ciudad del Vaticano no tiene hospitales, no está prohibido parir dentro de sus fronteras. Eso sí, en el caso de que alguien nazca en el territorio de la Santa Sede se le otorga la nacionalidad italiana como si hubiese nacido en Roma. Por otro lado, si un ciudadano de cualquier país obtiene la nacionalidad vaticana, esta se le añade a la de origen, y si la pierde sin tener otra nacionalidad se convierte en ciudadano de Italia.
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