Abren unas latas de salmón caducadas desde 1979 y lo que hallan sorprende: “Lograron encontrar los huéspedes adecuados”
Un estudio de la Universidad de Washington ha estudiado qué sucede con latas de salmón caducadas hace más de cuatro décadas.

Las conservas suelen ser los alimentos a los que todos acudimos ante una urgencia vital. Ya sea por los quehaceres de la vida diaria, que apenas nos dejan tiempo para cocinar, o ante un apagón como el sufrido hace algunos días en España, suelen ser la vía de escape más fácil.
Cuando un alimento de este tipo sobrepasa su fecha de caducidad, que suele ser bastante amplia, lo normal es tirarlo, pero para los científicos puede ser una gran fuente de información.
La investigación de la Universidad de Washington
Un estudio de la Universidad de Washington publicado en la revista Ecology and Evolution, ha analizado más de 170 salmones enlatados , procesados entre 1979 y 2021, para comprender mejor las condiciones y el entorno del que provienen estos peces.
Para la sorpresa de los científicos, al abrir una lata de salmón caducada hacía 50 años, encontraron un indicador muy positivo. Durante el estudio, los investigadores hallaron anisákidos, parásitos marinos que, sorprendentemente, estaban perfectamente conservados dentro de algunas latas.
Los anisákidos en las latas de salmón
Lejos de ser una señal de alarma, los científicos indicaron que se trata de un indicador biológico positivo: “La presencia de anisákidos es una señal de que el pescado en tu plato proviene de un ecosistema saludable”, explicaba Chelsea Wood, una de las líderes del estudio.
Según los investigadores, como refleja el medio especializado LiveScience, estos parásitos pueden detallar incluso los cambios más pequeños de los ecosistemas marinos, además influir de forma clara en la cadena alimentaria.
Primero son ingeridos por el krill, luego por especies más grandes como el salmón y terminan su ciclo en el intestino de los mamíferos marinos. Por lo tanto, la presencia de estos parásitos indica la buena salud de los ecosistemas marinos.
“Si no hay un huésped presente (como los mamíferos marinos), los anisákidos no pueden completar su ciclo de vida y su número disminuirá”, explicaba Wood. Las 178 latas contenían cuatro especies diferentes de salmón capturadas en el Golfo de Alaska y la Bahía de Bristol durante un período de 42 años (1979-2021).

Los gusanos habían aumentado con el tiempo en el salmón chum y el salmón rosado, pero no en el salmón rojo ni en el coho. “Ver que sus números aumentan con el tiempo, como sucedió con el salmón rosado y el salmón chum, indica que estos parásitos encontraron los huéspedes adecuados y reproducirse", dijo Mastick, otro de los autores del estudio.
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