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CONFLICTOS INTERNACIONALES

Putin rompe el silencio tras la voladura de la presa Kajovka

El presidente ruso acusa a Ucrania de llevar a cabo acciones “bárbaras”, generando una “catástrofe ambiental y humanitaria” a gran escala.

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Russian President Vladimir Putin attends a meeting with Governor of the Magadan Region Sergey Nosov at the Kremlin in Moscow, Russia June 6, 2023. Sputnik/Mikhail Klimentyev/Kremlin via REUTERS ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE WAS PROVIDED BY A THIRD PARTY.
SPUTNIKvia REUTERS

La actualidad bélica en Ucrania se trasladó en la mañana del pasado martes a la región de Jersón, donde la presa de Nova Kajovka saltó por los aires. Momentos después, cruce de acusaciones entre los bandos ruso y ucranio acusando al otro de haber volado las instalaciones, importantes para la central nuclear de Zaporiyia. Todo sucede después de que Ucrania diera las primeras señales de su tan esperada contraofensiva.

Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, señaló directamente a Moscú al asegurar que una explosión de tal calibre es imposible hacerla desde fuera. “Rusia ha estado controlando la represa y toda la central hidroeléctrica de Kajovka durante más de un año. Es físicamente imposible hacerlo estallar de alguna manera desde el exterior, mediante bombardeos. Fue minada por los ocupantes rusos. Y lo volaron”. Y ahora llega la respuesta del Kremlin, con un Vladimir Putin que afirma que es un “acto de barbarie”.

Según el presidente ruso, se trata de un ataque deliberado por parte de las tropas ucranianas, y que ha provocado “una catástrofe ambiental y humanitaria a gran escala”. De este modo se expresó Putin ante su homólogo turco, el presidente Recep Tayyip Erdogan, en una conversación telefónica. Unos términos casualmente parecidos a los empleados por Moscú horas antes, pues se refirieron al evento como “una de las catástrofes ambientales más importantes en Europa en las últimas décadas”.

Según informa el Kremlin en un comunicado, ambos presidentes departieron sobre la situación en Ucrania. Putin dijo que Kiev, a sugerencia de sus “manipuladores occidentales, sigue apostando peligrosamente por la escalada de las hostilidades, utilizando métodos terroristas y organizando sabotajes en territorio ruso. Un claro ejemplo de ello fue la bárbara acción de destruir la central hidroeléctrica de Kajovka”.

Por otro lado, Putin ha ordenado la puesta en marcha de un operativo para asistir a los afectados por la destrucción de la presa. Según ha informado el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, el presidente ruso ha instado al ministro de Situaciones de Emergencia que elabore un plan para “ayudar a las personas y eliminar las consecuencias de este desastre”. Tras la destrucción de la presa, el agua ha dejado ya completamente inundadas al menos 29 localidades en la región, mientras que otras corren el mismo peligro, por lo que miles de habitantes han sido evacuados. Aunque las inundaciones han afectado a ambos bandos, Ucrania insiste en que las sufrirá “ocho veces más” que Rusia.

¿Putin emula a Stalin?

Los servicios de inteligencia rusa contaban con informes que aseguraban que Ucrania, en su contraofensiva, estaría preparando un ataque anfibio en el Dniéper, que ahora es imposible por la crecida del río. Con la voladura de la presa, Rusia seguiría con su estrategia de ‘tierra quemada’, que consiste en no dejar rastro de todo activo que pueda ser utilidad para el enemigo. En caso de tener que replegarse hacia Crimea, Moscú cedería una región de Jersón en una situación crítica.

Pero con esta maniobra Putin estaría imitando a Iósif Stalin, una importante figura política de la Unión Soviética. Con el fin de contener al ejército nazi en la Segunda Guerra Mundial, Stalin ordenó a agentes del NKVD (precursores del KGB) la destrucción de la presa de Dneprostroi en agosto de 1941. Las tropas alemanas amenazaban la ciudad de Zaporiyia y el ejército Rojo estaba en retirada. La destrucción de la presa, situada a apenas 170 kilómetros al norte de la actual, causó también una gran catástrofe humanitaria y medioambiental.

“Hicimos explotar la presa del Dniéper para no permitir que este primer hijo del plan quinquenal soviético cayera en manos de los bandidos de Hitler. Se tomaron todas las medidas para no permitir que los alemanes hicieran uso de la presa y su maquinaria”, dijo entonces el portavoz del gobierno soviético, Solomón Lozovski.