El experto Frédéric Mertens señala “la línea clara” de Francisco I y qué puede pasar en el Cónclave: “Es imprevisible”
El experto en geopolítica Frédéric Mertens, profesor de Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Europea, analiza el papel de Francisco I como Papa y la situación a la que se enfrenta ahora la Iglesia.


El papa Francisco I tuvo una importante influencia en la geopolítica mundial, sobre todo por su peculiar mirada respecto a determinados conflictos y situaciones. La visión de Bergoglio supuso un giro radical en la visión del Sumo Pontífice en lo que se refiere a Gaza, a la economía e incluso puso notas desenfadadas a un cargo de tal altura. Ahora se abre un nuevo horizonte en la iglesia. El experto Frédéric Mertens, profesor en la Universidad Europea, analiza para AS el papel de Francisco I:
-¿Qué papel desempeño Francisco I en la geopolítica mundial?
-Bueno, a nivel geopolítico, el Papa ha marcado una ruptura con sus predecesores, en el sentido de que ha mostrado una línea clara de sus prioridades, aunque luego a la hora de la práctica se ha quedado un poco a medias tintas. Es decir, ha abierto caminos y reformas en el seno de la Iglesia. Sin embargo, en el plano geopolítico ha tratado de marcar unas líneas claras, aunque la Iglesia se queda limitada con el poder blando. Es decir, el Papa no es como un jefe de estado potente, como por ejemplo Xi Jinping o Putin.
-¿En qué aspectos ha influido entonces?
-En el plano de la inmigración, por ejemplo. Sus primeros viajes fueron para tratar de mediar el conflicto ruso-ucraniano, aunque tuvo cierta equidistancia entre los ucranianos y los rusos. También ha tratado de acercar Roma a los ortodoxos, hablamos de la ortodoxia rusa, que como sabemos está vinculada con el poder actual, que es el de Putin. El Papa ha marcado la geopolítica por su propia persona, siendo el primer Papa no europeo del sur global. Esto puede generar a veces incomprensión por parte de nuestras latitudes, porque él tenía una visión del mundo desde la perspectiva del sur global y no desde la perspectiva occidental pura y dura como sería de un papa europeo o norteamericano.
-¿Qué otros temas ha abordado el Papa?
-También fue el primer Papa que se ha expresado y criticado la actitud del mundo respecto al cambio climático. Es el primero que hizo una encíclica al respecto. Además, intentó empujar hacia otro diálogo nuclear entre Irán y los occidentales para llegar a un acuerdo, a pesar de que Trump provocó la retirada de este diálogo. Este Papa ha generado amistades, pero también incomprensiones y enemistades entre algunos jefes de Estado, sobre todo en sectores más conservadores, porque a veces a la Iglesia se le ha pedido cierto conservadurismo y es verdad que este hombre ha roto un poco esa tendencia.
-¿Cómo ha sido percibido el Papa por diferentes grupos?
-Ha sido un papa que da la imagen de que mucha gente le quería, pero también ha generado polémicas y enemistades con conservadores que lo veían demasiado revolucionario y progresista. Entre los progresistas, algunos lo veían muy abierto, pero a la vez conservador en ciertos aspectos. Por ejemplo, la aceptación de los homosexuales en la iglesia como fieles, pero insistía en que las mujeres deben quedarse en el rol de mujer y no ocupar el papel de hombres. Esto ha generado pocos avances reales sobre el papel de la mujer en la Iglesia Católica y se ha trasladado en sus relaciones con gobiernos y países, tanto conservadores como progresistas.
-¿Qué puede pasar ahora en el próximo Cónclave?
-Es muy imprevisible lo que puede pasar en un Cónclave. Lo que sabemos es que muchos de los cardenales actualmente en función han sido designados por él. También ha abierto reformas que difícilmente se pueden revertir. Si se da marcha atrás, es muy arriesgado, porque a pesar del progreso y de las mejoras de la imagen de la Iglesia, aún hay muchos frentes problemáticos como la corrupción en la Iglesia y el tema de la agresión contra los menores, que afecta la imagen de la Iglesia. Seguimos con la crisis de vocaciones y el hecho de que la Iglesia Católica pierde fieles diariamente, que se dirigen a otros movimientos o religiones cristianas como el protestantismo o el evangelismo. Por ejemplo, en Brasil cada día 500 personas dejan la iglesia católica y se van a los evangelistas.
-¿Qué puede ocurrir con el próximo Papa?
-Puede ocurrir que haya un Papa elegido entre esos cardenales designados por él, que siga la línea del Papa Francisco con algunos matices. Los matices pueden ir hacia los conservadores o hacia los radicales. Es muy imprevisible, pues en su momento nadie había apostado por ese papa argentino hace algunos años.
-¿Qué papel cree que puede tener la Iglesia en este contexto política tan peculiar, con Trump, Meloni, Milei?
-Lo que hay que esperar y desear es que la iglesia siga abierta y adaptada a los cambios geopolíticos, pero estando abierta a los cambios de la sociedad, manteniendo una línea firme basada en la dignidad humana. La Iglesia Católica debe ganar más legitimidad a los ojos de los contemporáneos y de la sociedad en general. Si el próximo Papa hace concesiones políticas o geopolíticas que afecten la dignidad humana, podemos olvidar todo lo que se ha construido hasta ahora en términos de credibilidad. Además, debe hacer una limpieza interna real contra la corrupción y los abusos.
-¿Tiene algún pronóstico entre los candidatos para ser el próximo Papa?
-No tengo un favorito claro, pero se habla de algunos candidatos africanos e italianos. Es difícil prever quién será elegido. Es verdad que el continente africano ha sido olvidado durante décadas en todos los niveles y que podría ser el momento. Pero también hay quienes han hablado de la posibilidad de un Papa asiático, porque en el continente asiático hay un empujón a nivel de las vocaciones y de nuevos adeptos al catolicismo en términos de fieles. Además, no estaría mal que fuera un italiano, después de tantas décadas sin uno desde Juan Pablo XXI, que duró algunos meses. Sinceramente, ahí me pone en una cierta dificultad. Sería deseable que, más allá de la cuestión del origen geográfico, se analice lo que se quiere hacer con la Iglesia.
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