Dardo de Bruce Springsteen a Trump: “Administración corrupta y traidora”
El músico americano inicia su gira europea convirtiendo cada concierto en un acto de protesta política y una carta de amor al país que le gustaría que fuera.


Que Bruce Springsteen representa más que a un cantante americano es algo que lleva haciendo desde hace décadas. Su Born in the USA (1984) tenía un propósito, denunciar los fallos del sistema estadounidense, especialmente hacia los veteranos y los trabajadores, usando una aparente celebración para resaltar la hipocresía. Es una de las grandes canciones de protesta disfrazadas de himno.
Políticos como Ronald Reagan, ya ese año, intentaron usarla como himno patriótico, pero Springsteen lo rechazó. Springsteen critica el nacionalismo vacío y el abandono de la clase obrera. Y vuelve ahora a utilizar sus letras de manera explícitas contra el presidente Trump, alertando sobre la deriva de la política norteamericana.
De hecho, esta gira que tuvo que cancelar por problemas de salud, ha sido bautizada como Land of Hope and Dreams (La tierra de la esperanza y los sueños), un lamento sobre los valores de la democracia americana. Es más, Bruce Springsteen aunque no cantó en la ceremonia de investidura presidencial el 20 de enero de 2021 de Joe Biden (demócrata), sí participó en el evento previo llamado “Celebrating America”, una transmisión especial después de la toma de posesión. Apoyó antes de Barack Obama, a quien le une una gran amistad, a Kamala Harris, y antes de ellos a John Kerry en 2004.
Críticas al gobierno de Trump
El cantante hizo del concierto una carta de amor a su país, pero a otro, no al actual. “Mi hogar, el Estados Unidos que amo, el Estados Unidos sobre el que he escrito y que ha sido un faro de esperanza y libertad durante 250 años, está actualmente en manos de una administración corrupta, incompetente y traidora”.
“Esta noche, pedimos a todos los que creen en la democracia y en lo mejor de nuestra experiencia estadounidense que se levanten con nosotros, alcen sus voces contra el autoritarismo y dejen que suene la libertad”.
Recordó lo que está pasando con muchos ciudadanos en su país, “están persiguiendo a las personas por usar su derecho a la libertad de expresión y expresar su disidencia. Esto está sucediendo ahora. En Estados Unidos, los hombres más ricos se complacen en abandonar a los niños más pobres del mundo a la enfermedad y a la muerte”.
Tal y como cuenta Jordi Amat, la última canción del concierto fue Chimes of Freedom, de Bob Dylan. Canción que sonó también como cierre en su concierto de 1988 en Berlín Oriental y meses después cerraba la gira de Amnistía Internacional.
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