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CORONAVIRUS

El virólogo Raúl Ortiz de Lejarazu revela las medidas que debería llevar a cabo España para frenar la expansión de ‘Kraken’

Algunas de ellas son: mantener la vigilancia de aguas residuales en aeronaves y aeropuertos, realizar tests de coronavirus aleatorios entre viajeros procedentes de China y secuenciar todas las muestras positivas.

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El virólogo Raúl Ortiz de Lejarazu revela las medidas que debería llevar a cabo España para frenar la expansión de ‘Kraken’
ERIC GAILLARDREUTERS

El número de casos de coronavirus sigue aumentando día a día tras varios años de pandemia, debido a la aparición de nuevas variantes. Más concretamente, los expertos en la actualidad están alertando a la población de nuevas variantes en Estados Unidos y China, las cuales han multiplicado los contagios y se teme que puedan seguir extendiéndose por España.

Pese a ello, el virólogo y profesor de Microbiología de la Universidad de Valladolid, Raúl Ortiz de Lejarazu Leonardo, asegura al Diario AS que “no necesariamente” tenemos que preocuparnos, sino que debemos seguir su evolución porque seguirán produciéndose más variantes que irán sustituyendo a estas. “A partir de la emergencia y difusión de ómicron entre noviembre de 2021 y enero del 2022, el virus SARS-CoV-2 ha generado más de 200 distintas variantes en todo el mundo, algunas de ellas se impondrán y serán dominantes haciendo desaparecer a las anteriores”, exhibe este experto.

Exceso de alarmismo

En definitiva, este es un proceso de evolución natural en los virus ARN. Por todo ello, Ortiz de Lejarazu considera que, en esta fase de la pandemia donde el virus se encuentra en un proceso de evolución convergente con recombinaciones continuas entre las distintas variantes, ha existido un exceso de alarmismo al respecto. Esto, probablemente, se debe a que la evolución vírica es un tema bastante polémico, controvertido y complejo en el que ha opinado todo el mundo.

España fue uno de los primeros países en poner en marcha las medidas de control sanitario a pasajeros procedentes de vuelos con origen en el continente de la República Popular China, de forma que los vuelos procedentes de otros orígenes, como Hong-Kong, no se encontraron afectados. En la actualidad, España exige una prueba diagnóstica negativa o el certificado de vacunación a los viajeros procedentes de este país. Sin embargo, Ortiz de Lejarazu no confía “demasiado” en estas medidas.

Mensaje para China

“Las experiencias anteriores nos enseñan que a los virus no se les ponen fronteras. Hubo un episodio similar hace más de un siglo con la Gripe Española. Australia, que había mantenido cerradas sus fronteras durante dos años, sufrió una onda muy importante cuando el resto del mundo se recuperaba de la pandemia de 1918. Sinceramente creo que el Gobierno chino se tendrá que preocupar más al regreso de sus ciudadanos a China, porque algunos de ellos llevarán variantes americanas y europeas allí y ellos están más desprotegidos”, advierte de manera contundente este virólogo.

La nueva subvariante XBB.1.5, apodada como ‘Kraken’, ha generado un gran impacto no solo por ser la más contagiosa de las mutaciones, sino también por su resonante denominación. Esta nueva cepa toma su nombre del mitológico animal de la leyenda nórdica similar a un pulpo, de gran tamaño y capacidad de escape. El propulsor de esta denominación es el profesor de la Universidad de Guelph, Ryan Gregory.

Mensaje tranquilizador sobre ‘Kraken’

No obstante, esta designación no gusta a Ortiz de Lejarazu, quién argumenta que este nombre no se lo ha aportado la Organización Mundial de la Salud (OMS), ni otros repositorios de variantes como GISAID o NEXTSTRAIN.Hay otras que están creciendo como BA.2.75.2, BM.1.1.1, BQ.1.1 y CH.1.1 a las que no se le ha puesto un nombre tan rimbombante y también son variantes de interés (VOI) o de preocupación (VOC, variants of concern en inglés)”, precisa este experto.

El Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) ha querido mandar recientemente un mensaje tranquilizador sobre esta variante, aseverando que no hay señales que indiquen que XBB. 1.5 provoque una infección por coronavirus más grave que las subvariantes de ómicron que han circulado anteriormente por Europa, aunque recomienda mantener las precauciones.

Medidas que debería tomar España para frenar su expansión

Un mensaje similar al de Ortiz de Lejarazu, el cual asevera que los porcentajes de enfermedad grave u hospitalización son inferiores que con las variantes de primera generación (Alfa, Beta, Gamma, Delta) anteriores a ómicron, que ya han desaparecido. Por todo ello, es recomendable tener en cuenta que el principal factor para el predominio de una variante sobre las demás es su “infecciosidad (que infecte más), no que mate más”.

Este añade varias medidas que debería tomar España para frenar su expansión: mantener la vigilancia de aguas residuales en aeronaves y aeropuertos, realizar tests de coronavirus aleatorios entre viajeros procedentes de China, secuenciar todas las muestras positivas y reforzar con boosters a las personas de mayor riesgo. Todo ello nos dará una “idea de la penetración” de esas variantes en España. De la misma manera, puntualiza que este modelo ya lo están ejecutando en otros países como Holanda o Reino Unido.

Pronóstico

Con todo ello, se atreve a pronosticar que no habrá una nueva ola, haciendo referencia a que podría haber un aumento de infecciones, pero en absoluto produciría el número de casos graves o el porcentaje de mortalidad de las ondas de 2020 y 2021. De hecho, en la actualidad tenemos más gripe que coronavirus. “Todas las variantes que acaban imponiéndose a las otras son más contagiosas y menos graves”, matiza Ortiz de Lejarazu.

Por último, este virólogo aconseja la dosis de refuerzo para aquellas personas que solo se hayan vacunado con las dosis iniciales y aquellos que se pusieron vacunas unidosis, las personas que tengan condiciones o patologías que les hagan proclives a padecer COVID-19 grave, cualquiera que sea su edad (diabéticos, obesos, enfermos crónicos cardiopulmonares, hipertensos, personas con cáncer, etc.), las personas mayores y sobre todo las que viven en residencias y al personal que cuida de ellos y las personas que conviven en el hogar con otros familiares frágiles o vulnerables por edad o patologías crónicas.