¿Cuál era la religión de la reina Isabel II y en qué se diferencia el anglicanismo del catolicismo?
La monarca ostentaba el cargo de Gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra. Te contamos cuáles son las diferencias del anglicanismo y el catolicismo

Reino Unido nunca se ha caracterizado por la presencia de la religión en la vida pública de los ingleses. Sin embargo, se define como un estado confesional identificado con la rama cristiana del anglicanismo a cuya cabeza se encontraba, hasta su fallecimiento el pasado 8 de septiembre, la reina Isabel II.
Sigue el funeral de la reina Isabel II en vivo y en directo, con la última hora desde la Abadía de Westminster y la Capilla de San Jorge en Windsor.
El título, que ya ha heredado su hijo —el rey Carlos III—, es el de “Gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra y Defensora de la fe”. Esta religión aglutina a millones de creyentes en todo el planeta y, aunque el anglicanismo sea, al igual que el catolicismo, una rama de la religión cristiana, ambas presentan una serie de diferencias.
La primera diferencia entre ambas es su origen. Si bien es cierto que, como mencionábamos, ambas encuentran su origen en el cristianismo, la vertiente anglicana no surgió hasta que el monarca Enrique VIII decidió separar Inglaterra de la influencia de la Iglesia romana y conformar su propio dogma.
Esta, por lo tanto, nos lleva a otra diferencia entre ambos imaginarios y es la máxima autoridad en cada iglesia. Para los creyentes anglicanos la figura de más relevancia la encarna el arzobispo de Canterbury y desconoce la autoridad del Vaticano.
Una de las dos reconoce el sacerdocio femenino
El papel de la mujer también es diferente: el sacerdocio femenino es tolerado por ciertos grupos pertenecientes al anglicismo más liberal, hecho que no ocurre con el sector católico. Y lo mismo pasa con el matrimonio homosexual: también está aceptado por algunas secciones anglicistas.
Otra de las diferencias más notables reside en el celibato. Mientras que los sacerdotes católicos —al igual que las monjas y los curas— tienen prohibido casarse, en la cultura anglicana el voto de celibato es inexistente.
En cualquier caso, el papa Francisco ha dirigido un telegrama al nuevo monarca en el que rendía su homenaje a la “vida de servicio incansable” de la reina, además de a su “devoción al deber” y a “su testimonio inquebrantable de fe en Jesucristo”. Asimismo, el pontífice, ha ofrecido oraciones por el “eterno descanso” de Isabel y por su hijo y heredero, Carlos.
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