Los investigadores dan con el momento de la historia mundial en el que un planeta rozó el sistema solar
Hace unos cuatro mil millones de años, un cuerpo celeste distorsionó las órbitas de los cuatro planetas exteriores de nuestro sistema solar.

El equipo de investigación que ha propuesto la teoría de que un cuerpo celeste extraterrestre del tamaño de un planeta haya rozado nuestro sistema solar y haya cambiado las órbitas es de la NASA. Este equipo ha estado trabajando en la misión Osiris-Rex, que ha recolectado muestras del asteroide Bennu.
La misión OSIRIS-REx ha revelado varios hallazgos fascinantes a partir de las muestras recolectadas del asteroide, como que las muestras contienen polvo rico en carbono, nitrógeno y compuestos orgánicos, todos ellos componentes esenciales para la vida tal como la conocemos. También se descubrió fosfato de magnesio y sodio en las muestras, lo cual fue una sorpresa para los científicos. Este hallazgo sugiere que Bennu podría haberse formado a partir de un mundo oceánico antiguo.
La muestra predominante en minerales de arcilla, especialmente serpentina, es similar al tipo de roca que se encuentra en las dorsales oceánicas de la Tierra. La presencia de estos minerales y compuestos sugiere que Bennu tuvo una interacción significativa con el agua en algún momento de su historia.
Estos hallazgos no solo proporcionan información sobre la composición y el origen de Bennu, sino que también ofrecen pistas sobre los procesos que podrían haber llevado al origen de la vida en la Tierra.
El ‘cambio’ del Sistema Solar
Según las investigaciones un objeto del tamaño de un planeta podría haber visitado el sistema solar y cambiado para siempre el resto del Sistema Solar. Durante esa visita y roce, hace unos cuatro mil millones de años, ese cuerpo celeste distorsionó las órbitas de los cuatro planetas exteriores de nuestro sistema solar: así lo supone un grupo de investigación actual.
Para ello se basarían en que ninguno de los ocho planetas de nuestro sistema solar, incluida la Tierra, tiene una órbita perfectamente circular. Además, esas órbitas no están en el mismo plano y a veces son muy diferentes.
¿Qué pasaría si un cuerpo celeste hubiera rozado algún planeta del sistema solar? Utilizando modelos informáticos de los cuatro planetas exteriores, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, planetas que se conocen como los gigantes gaseosos (Júpiter y Saturno) y los gigantes helados (Urano y Neptuno), el equipo realizó 50.000 simulaciones.
Esas simulaciones muestran que un único sobrevuelo de un objeto subestelar es suficiente para cambiar las trayectorias de los planetas gigantes. Dado que las observaciones indican que estos cuerpos son bastante numerosos en el cosmos, las visitas de dichos objetos podrían ser más frecuentes que los sobrevuelos de estrellas.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.
Rellene su nombre y apellidos para comentar
Tu opinión se publicará con nombres y apellidos