CRUEL

Ghosting: así es como rompen ahora los adolescentes

Las nuevas tecnologías no sólo han traído nuevas formas de iniciar relaciones, sino también de acabarlas

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Adolescentes hablando con sus teléfonos móviles

En los últimos años se habla mucho del boom sexual que han significado las Apps para ligar o simplemente las de mensajería instantánea como WhatsApp. Los procesos para conocer gente e iniciar relaciones se simplifican, pero también para acabarlas.

Los adolescentes de la actualidad han adquirido una nueva versión de la inmediatez que se traduce en relaciones express que son iniciadas tan rápido como puede acabar. Y el llamado 'Ghosting' es la forma más cruel de ponerlas fin.

Igual que se "conoce" a alguien a través de WhatsApp, y pueden ilusionarse con los cientos de mensajes instantáneos que se intercambian con el otro, la situación puede dar la vuelta y convertir ese contacto directo en la muestra de que se quiere pasar del otro.

Dejarlo con Ghosting

El 'Ghosting' es una práctica que ya está siendo estudiada por los psicólogos, y que consiste en pasar del contacto directo y continuo a través de las nuevas tecnologías al más absoluto e inexplicable silencio.

Tras empezar una relación, pero haber ya obtenido lo que querían (por ejemplo, sexo), los adolescentes borran al otro de todas sus redes sociales y dejan de enviarle cualquier tipo de mensaje. Sin explicación ni preaviso.

Este término surgió en el año 2015, hasta el punto de ser elegido como uno de los vocablos de 2015 por el diccionario británico Collins. Pero es ahora cuando parece extenderse como algo normal, y no para.

Adolescente hablando a través de su teléfono móvil
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Adolescente hablando a través de su teléfono móvil

Daños psicológicos

A nivel psicológico, los expertos explican que es dañino tanto para el que lo hace como para el que lo sufre. Para el segundo, porque al no encontrar explicación siente frustración, y se ve obligado a pasar el duelo con una autoestima dañada.

Pero para el que lo hace, también resulta nocivo porque surge un miedo a "ser descubierto" si se reencuentran, y también por el cargo de conciencia que supone esta práctica.

Los psicólogos han encontrado en muchos de los perfiles que realizan este 'Ghosting' una tendencia común a evitar los conflictos, lo que les hace acabar así con las relaciones en lugar de enfrentarse a ello.