Otra victoria de Piqué, el que de verdad mueve los hilos

La victoria total. Se pongan como se pongan, el partido lo ha ganado Gerard Piqué, que es en realidad el que de verdad mueve los hilos ante un auditorio que se escandaliza a la carta olvidando que sin su colaboración, todas estas polémicas sólo serían ruido de fondo. Piqué decide cuándo habla, de qué habla, dónde habla y encima cuenta con la colaboración de una prensa que se la deja botando para su lucimiento. Luego todo son lamentaciones, pero él se vuelve a casa más ancho que alto y sabiendo que lo ha vuelto a hacer.

Dos opciones y una excusa. Cuando tras un brillante partido de la Selección el 90 por ciento de las preguntas al defensa versan sobre el Madrid, Raúl y las pullas de algunos jugadores blancos respecto a la ‘histórica’ remontada ante el PSG, Piqué tenía dos opciones y una excusa. Una era decir “estamos en la Selección y hoy no toca este tema”. La otra era meterse en el barrizal, donde le da sopas con onda a sus interlocutores. Es lo que hizo porque tenía la excusa perfecta. Preguntaron ellos. Y encima, les vaciló: “cómo os gusta la Selección, que siempre preguntáis por el Madrid”.

La caja de Pandora. Y ya no hay quien pare el debate. Punto, set y partido para Piqué que vuelve a marcar la agenda porque al otro lado, los mismos que se escandalizan con sus palabras son los que las van a priorizar por delante de cualquier otro asunto. Bailan a su son desde el jefe del departamento penal de la Abogacía del Estado, al vicepresidente del Barça tratando de no parecer menos que su jugador, pasando por el presidente del Madrid, que incluso hace referencia a la polémica en un acto de tanta importancia como es la presentación de un patrocinador. Mientras tanto, él, socarrón, declara en el aeropuerto “¿que si me lo he repensado? huy sí”.

Desinformados. Piqué, en chándal, tras un partido de fútbol en una zona mixta dijo cuatro vaguedades de conversación de barra de bar que han desencadenado la tormenta perfecta del cuñadismo. Especialistas de uno y otro bando pontificando sobre temas de los que no tienen ni idea. O tanta idea como Piqué. Despellejándose en tertulias. Y mientras tanto, Gerard tan tranquilo sabiendo que ha vuelto a ganar el partido.