Piqué le ha dado el día a Lopetegui. Las declaraciones del excelente jugador del Barça contra el Real Madrid han diluido la magnífica victoria de España en París. Siendo mala esta primera consecuencia, no es la peor. El problema realmente grave es que este episodio reavive el fuego que atizó Mourinho con la 'tormenta de clásicos' y que estuvo a punto de romper el ecosistema de la Selección. Del Bosque enfrentó ese problema, y aún reconoce que fue lo más difícil que tuvo que hacer en su etapa como seleccionador.

Lopetegui, como Del Bosque, entiende que el buen ambiente es primordial para conseguir los objetivos deportivos. Julen parte de la premisa de que la Selección debe ser un equipo. Si nos fijamos, los internacionales ya hablan de equipo y no de Selección. Todos se refieren así a España en su Twitter y en sus declaraciones públicas. La rajada de Piqué no contribuye a generar ese buen ambiente.

Pues aquí tiene Julen su primer gran reto: solucionar este problema. Porque este reto es mayor que el de clasificar a la España de Ramos, Piqué, Busquets, Iniesta, Silva y demás para el Mundial en un grupo con Albania, Israel, Liechtenstein y una Italia en la que, con todos los respetos, el mejor es su portero: Buffon. Evitar que se repita en la Selección la tensión que se vivió con la 'tormenta de clásicos' en la era Mourinho es un objetivo para Lopetegui. Del Bosque puede darle algún buen consejo para lograrlo.