Cuerpear en el área

Dos futbolistas forcejean, chocan con sus hombros para hacerse con la pelota... y el narrador dirá que ambos jugadores “cuerpean”.

Ese verbo, “cuerpear”, se oye mucho en las transmisiones y se lee en los diarios. Pero se trata de un término nuevo entre nosotros.

“Cuerpear” procede de América, donde tradicionalmente ha tenido un significado muy contrario al que ahora se pretende aquí. Porque en los países hermanos donde se usa no equivale a “forcejear”, sino a “esquivar”: mover rápidamente el cuerpo para evitar un contacto indeseado.

El Diccionario de la Real Academia incorporó “cuerpear” en 1927 como argentinismo vulgar, con esta definición: “Esquivar, hacer esguince”. (“Esguince” también significa “ademán hecho con el cuerpo para evitar un golpe o una caída”). Las siguientes ediciones académicas atestiguan además el uso de este verbo en Uruguay; y en 1992 se añade un significado metafórico: “Evitar una dificultad o compromiso con astucia”.

Precisamente con ese sentido lo había usado el novelista paraguayo Augusto Roa Bastos en su obra ‘Hijo de hombre’ (1960): “A ellos se les antojó poder cuerpear a la adversidad”.

La edición del Diccionario de 2001 añade otro país a su uso común: Ya son tres: Argentina, Uruguay y Bolivia; y con el mismo significado de “hurtar el cuerpo”. Pero le retira a este verbo el sentido metafórico acogido en 1992. Y así se mantiene hoy en día.

Por su parte, el Diccionario de Americanismos de 2010, elaborado por todas las academias hispanoamericanas, menciona también que (en Bolivia, Argentina, Paraguay y Uruguay) “cuerpear” significa “evitar un golpe o contacto indeseado moviendo rápidamente el cuerpo”. Y que equivale asimismo a “evitar una situación difícil y problemática”, ese uso metafórico que había desaparecido en el diccionario general de la Academia española.

Y es en la tercera acepción del Diccionario de Americanismos donde las academias hispanas recogen que en Argentina equivale a “empujar a alguien con el hombro o el pecho”.

Y de Argentina lo hemos copiado nosotros. La antena parabólica de los periodistas españoles detectó el uso de “cuerpear” con el sentido de forcejeo, y así se va extendiendo en España.

No hay nada que oponer a su uso: el verbo está bien formado, el español de Argentina es tan español como el de España y además su significado se entiende a la primera. Y puede adquirir igualmente un segundo sentido metafórico: quién no ha visto a algún compañero cuerpear para ganarse un ascenso.