Asenjo, el resumen de un modelo

Asenjo es la joya de la corona. Es el ejemplo más notable de un Villarreal a estudiar. Un club que no hace más que revalorizar a su personal con una estrategia sencilla pero difícil de ejecutar: fichar a menudo a jugadores en decadencia o rebotados que mantengan el hambre para recuperar su estatus. Desde el Superdepor no vi nada igual. No es un año aislado. Son varios ya. El portero, flamante Zamora, es ahora más respetado que lo era en el Atleti. Algo que también le ha pasado a Víctor Ruiz, sin suerte en Valencia y Nápoles. Y un caso parecido al que están protagonizando Jonathan y Soldado, tras salir cabizbajos del Barça y del Tottenham, y que va camino de vivir Adrián, apartado en Oporto.

Asenjo tiene todo el mérito de lo que le está pasando porque a cada lesión de rodilla, y tuvo tres, regresó más decisivo. Lejos de hundirse, se pulió. Pero el valor de apostar por él en un momento arriesgado fue de Roig (le renovó) y de Marcelino. Ellos lograron que el Vllarreal, desde su resurrección en Segunda, haya conseguido que Asenjo sea fijo para Lopetegui, que Mario le acompañara, que Bruno volviera a la Selección años después y que Castillejo liderara a las inferiores. Escribá tiene la misión de mantener el listón y de lograr que Víctor Ruiz y Trigueros, que están de cine, se cuelen en la Roja. Eso, en este club obsesionado con mejorar y con vender por el doble de lo invertido, es tan decisivo para renovar (no está claro) como ir a Europa (obligatorio) y suma más que disgustar al Madrid (nada descartable).