El volantazo, el crack que corre y las lagunas

Hay momentos en los que un volantazo a tiempo te suele salvar tres puntos. Eso le pasó al Cholo ayer en El Molinón. El argentino empezó el partido con Correa y Carrasco en los costados buscando su verticalidad, para aprovechar los espacios, pero el plan no terminó de cuajar debido a la falta de acierto en tres jugadas. Luego vino otra preocupante laguna. Fueron 50 minutos en los que de nuevo el repliegue no daba sensación de fiabilidad, se perdían duelos en los rechaces, Koke no se hizo con las riendas y los laterales siguieron sin tener la influencia a la que acostumbran en este Atlético del Cholo. Fue ahí cuando vino el bendito volantazo hacia el cuarteto de interiores. Con Thomas y Saúl el equipo cerró pelotas interiores y Gameiro aprovechó los espacios para realizar una exhibición de definición a la contra. Todo había comenzado con una genialidad de Griezmann en su posición: control y pase con exterior en espacio reducido. Reconozco que me escuecen los ojos al ver a Antoine detrás de los laterales contrarios o achicando balones al borde del área propia, pero su honestidad hace que el míster le utilice en diferentes posiciones.

Si Correa y Carrasco no cuajan, ya está el principito para echar dos pulmones. A veces me gustaría que tuviese más oxígeno para aprovechar sus virtudes. Nadie como él para dar la pausa, pases con ventajas y llegadas desde atrás aprovechando su instinto. En esta plantilla nadie como Griezmann para marcar la diferencia. En un mundo donde los equipos corren para el crack, Griezmann trabaja para sus compañeros. En definitiva, excelente volantazo para un abultado resultado fuera de casa que no debe hacer olvidar las lagunas en la lucha por quedar entre los tres primeros o aspirar a luchar por la Champions. Si no desaparecen esas lagunas, te condenarán...