Bale irrumpió después de 88 días...

Irrumpió Bale con una carrera larga, en busca de un balón perfecto, enviado por Isco, ganó con su conocida potencia, cruzó a gol y cerró el partido. Era el 2-0 y anulaba los tímidos intentos del Espanyol por amenazar la meta de Casilla. Tímidos salvo por la parte de Hernán, que no había jugado en la primera parte pero en la segunda se hizo sentir, y mucho. En la transmisión de Carrusel, Carlos Marañón se quejó de eso: de que no hubiera salido. Cuando jugó, le dio la razón. Pero Bale espantó la inquietud que empezaba a apoderarse del Bernabéu con ese gol, feliz regreso después de 88 días de ausencia. Llega a tiempo para lo que viene.

El Madrid jugó bien la primera parte, ayudado, quizá, por un Espanyol que se negó a pelear. Se metió atrás, pensando más en no salir goleado que en otra cosa. Tuvo su oportunidad en un balón largo a Gerard, frenado por un banderazo del linier que dejó dudas. Pero eso fue todo en esa primera mitad por parte del Espanyol. Por la del Madrid, Isco dio un curso, respaldado por el trabajo de Kroos y Kovacic, Cristiano, en la banda, estuvo rápido, chisposo y cooperativo, sin jugarse cada avance a su remate, y Lucas Vázquez y Morata hicieron bien lo suyo. Morata marcó en un gran cabezazo, a pase colosal de Isco, que era el referente para todo.

La entrada de Hernán agitó al Espanyol. Incluso dio un susto, en una escapada en la que cuando se quedaba solo el balón le pegó accidentalmente en la mano y Undiano señaló falta equivocadamente. Poco más hizo el Espanyol, si bien se adelantó algo, quizá por el qué dirán. A falta de veinte minutos, Zidane sacó a Bale, confiando en el espacio que podía encontrar. Y lo encontró, claro, dejando la impresión de mantener su poderío intacto. Cristiano, convertido en delantero centro desde la salida de Bale, se quedó sin gol y volvió a los gestos angustiosos. De últimas, le birlaron un penalti. Undiano fue la cara B del partido. La cara A fueron Isco y Bale.