Espumillón, pitos y un gran copazo

El nuevo pulso Athletic-Barcelona se vivió con hastío en Bilbao al conocerse el sorteo. Se ha repetido tanto y con reveses, salvo en la Supercopa, que es más una pesadilla que gozo. Sin embargo, ya se calientan motores y el llenazo que presentará hoy San Mamés será de los importantes en el nuevo campo. Lo que más ha quemado es la tomadura de pelo del horario. Se programó el último de todos, el jueves, quizás para que Neymar se sacuda mejor el espumillón, y sabiendo que los de Valverde se miden el Alavés el domingo a las doce. Y claro, Luis Enrique disfruta de nueve horas más de descanso ante el Villarreal. Estos privilegios, que nunca se dan al contrario pese a que el Athletic es el equipo de Villar, y la cacareada polémica con Iniesta y Neymar enervan aún más a la parroquia rojiblanca.

Ya es la segunda ocasión en que escribo que lo de la elevación de los silbidos a Iniesta debería terminarse de raíz. Creo sinceramente que todo es un malentendido. La Catedral vio una exageración en sus volteretas tras la entrada de Amorebieta y Guardiola no ayudó al quitarle al filo del final para incrementar la pitada. Ojalá sirva lo que ha dicho en su biografía el manchego. Al brasileño le tiró de las orejas por la lambretta a Bustinza hasta el propio Luis Enrique. Así que ahí queda. No tengo un pronóstico claro. El Athletic no anda fino, pero en casa es demoledor: diez victorias, un empate (Osasuna) y una derrota peleada (Barça). Y a los culés les ha faltado algo de fútbol en medio campo con respecto a otros años. Lo único que se sabe es que habrá electricidad, presión, clase y goles. Un copazo.